Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia empiezan a normalizar su relación. Cuando se descubrió la infidelidad a la infanta Cristina intentaron esconderse de la prensa, especialmente la abogada que no estaba acostumbrada a lidiar con las cámaras. Ella también venía de una familia rota. Se divorció de su marido, con quien tuvo dos hijos, ahora adolescentes. Por su parte, el exduque de Palma aún no había roto con la madre de sus hijos, ni tan siquiera pensaba decirle que mantenía una relación con otra mujer. Y es que desde que salió de prisión con el tercer grado no se habían visto. Su matrimonio ya hacía aguas por todas partes pero la hija de la reina Sofía pensaba que podría solucionar sus problemas.
El exjugador de balonmano ha llegado a un acuerdo satisfactorio para él. Aunque hay algunas cláusulas interesantes en el divorcio, Iñaki Urdangarin no tendrá ningún problema económico. Cuando ingresó en prisión amenazó a Juan Carlos con contar toda la verdad si no se le cuidaba. El entonces marido de la infanta Cristina iba a pagar por el caso Nóos para demostrar que la justicia es igual para todos y calmar los ánimos de la ciudadanía. Ahora pide dinero por su silencio. Según informa ‘El Cierre Digital’, el padre de Juan, Pablo, Miguel e Irene se ha embolsado dos millones de euros como un único pago por su silencio, y cobra 25.000 euros mensuales hasta el fin de sus días. Ahora mismo es Juan Carlos quien se encarga de hacer efectivo estos pagos desde Suiza. El día de su fallecimiento será su hija quien continúe.
Boda en camino, bebé frustrado
A Iñaki Urdangarin no le hace falta ponerse a trabajar, tiene su futuro totalmente garantizado. El exduque de Palma ahora solo piensa en su relación con Ainhoa Armentia. Parece que para él es la mujer de su vida, ha conseguido ganarse a sus dos hijos y por fin sus cuatro hijos han conocido a la abogada, con los que la relación es por ahora simplemente cordial, pero va por buen camino. Ya no tiene muchos más obstáculos.
Para formalizar la relación y facilitar el camino a Ainhoa en caso del fallecimiento de Iñaki, le gustaría casarse con ella, en una boda muy discreta e íntima, solo con los familiares más cercanos. Aunque de momento es algo que no sucederá a corto plazo, pero continúa en la cabeza del exduque. Por otro lado, si hubiesen sido más jóvenes, a Iñaki y a Ainhoa, un sueño que comparten, les hubiese hecho ilusión formar una nueva familia. Tener un hijo en común. Ambos ya han renunciado a ese sueño. Bastante tienen con sus seis hijos. Familia muy numerosa.