No es que sea ningún secreto que Iñaki Urdangarin ha sido uno de los nombres que más ha dañado la imagen de la Casa Real española en los últimos años. Y es que cabe recordar que Iñaki, siendo aún el marido de la infanta Cristina, acabó cumpliendo condena en prisión por malversación, prevaricación, fraude a la Administración, dos delitos fiscales y tráfico de influencias.

Un paso por la cárcel que evidentemente provocó un cambio radical en su vida, entre otras cosas porque pasó de ser uno de loa nombres mejor valorados de la institución a ser un grave problema en Zarzuela.

En este sentido, no son pocos los que aseguran que Iñaki llegó a un acuerdo con su aún suegro Juan Carlos I que pasaba porque él entraría en prisión y cumpliría condena pero, una vez ya estuviera de nuevo en libertad, tendría su vida más que solucionada a nivel económico.

Pasar un tiempo en prisión y callar para luego poder vivir sin preocuparse, una estrategia que encaja con las necesidades del emérito, que no podía permitirse que Urdangarin desvelara algunos de los secretos que mejor guarda de todo lo que vivió durante años en Zarzuela.

La religión ha sido una de las vías de escape de Iñaki Urdangarin

Pero que Iñaki supiera que su paso por la cárcel iba a ser temporal, que después iba a tener una vida tranquila en muchos sentidos y que disfrutara además de muchos lujos incluso dentro de prisión no impidió que sus días en la cárcel fueran muy duros.

Iñaki Urdangarin
Iñaki Urdangarin

Fue ahí donde, al contrario de lo que muchos esperaban teniendo en cuenta que hasta entonces no había tenido precisamente mucho interés en ello, Urdangarin encontró un refugio en la religión, devorando libros sobre espiritualidad y religión que han derivado en una devoción actual que lleva al ex Duque a visitar de forma semanal la misma iglesia en Vitoria y ser ahora una persona extremadamente católica al más puro estilo Reina Sofía.

Si bien es cierto que esta ‘obsesión’ por la religión llevó a que su entorno se preocupara en un inicio, lo cierto es que ahora muchos apuntan que este cambio le ha sentado de maravilla, entre otras cosas también porque está disfrutando de los acuerdos económicos con los que llegó en su día con su ya ex mujer la infanta Cristina.