Iñaki Urdangarin no ha conseguido su propósito por ahora. El exduque de Palma se encuentra en una situación complicada. Tras dos años de anunciar su ruptura con Cristina de Borbón, continúan sin firmar el divorcio. Él exige unas peticiones demasiado altas, mientras que la infanta no está dispuesta a ceder de forma sencilla. El mes pasado se anunció un acuerdo de divorcio, según Juan Luis Galiacho. Iñaki habría recibido el primer millón de euros en concepto de indemnización por el libro que le ofrecieron escribir y al que renunció. El otro millón lo recibiría una vez que se firmase el divorcio, ya sea mediante un único pago o fraccionado. Además, también habría visto incrementarse su sueldo, de los 6.000 euros mensuales pactados en las capitulaciones matrimoniales, a los 25.000 euros en caso de divorcio. Y mantiene su escolta.
Sin embargo, la infanta Cristina, que le guarda un gran rencor por la humillación a la que le sometió, ha puesto una cláusula que Iñaki Urdangarin no está dispuesto a firmar. Ella quiere comprobar si el padre de sus hijos está enamorado de Ainhoa Armentia o solo busca dinero de la familia real. Si se casa con la abogada perdería todos los beneficios, pero es algo que no le debería importar porque lo más importante es estar con ella.
Iñaki Urdangarin no tiene ni un euro
Iñaki Urdangarin ha pasado por grandes apuros económicos después de vivir las mejores décadas de su vida con millones de euros. De despilfarrar a no poder pagar ni un café, sus amigos eran los que tenían que abonar siempre la cuenta. Fuentes cercanas al exduque aseguraron a Vanitatis que “no tiene ni un duro”.
A día de hoy todavía vive con su madre. La octogenaria es muy mayor y no quiere dejarla sola. “No sé si es Ainhoa quien le paga las cosas cuando salen. Lo que sabemos es que quien seguro que no paga es Cristina", declaran algunas fuentes al medio anteriormente citado.
El exduque acudía al trabajo con su propia bici, aunque en alguna ocasión se le vio con un Peugeot 508, un vehículo prestado, tal y como asegura ‘Vanitatis’. Ya no queda nada de aquel exitoso Iñaki Urdangarin. Ni tan siquiera paga los hoteles de lujo en los que se hospeda, la infanta Cristina se encarga de ello.