Iñaki Urdangarin sigue viviendo de Cristina. El todavía marido de la infanta ha pasado unos días con su amante (así la llama la infanta), Ainhoa Armentia, en una mansión de Baquèira propiedad de Casa Real, cedida por la estación a los monarcas para que hagan promoción como Felipe el último fin de semana. Urdangarin engañó a la infanta pidiéndole las claves|llaves de la casa diciéndole que iría a recoger unos esquíes que se había dejado. Mentira: ha ido para pernoctar y pasar una velada de amor con Ainhoa y seguir viviendo de la Casa Real. Una vez instalado, le ha robado los vinos buenos a Juan Carlos de la bodega real. Otra exclusiva de Pilar Eyre en su blog de Lecturas. El chantaje de Urdangarin a Casa Real ya es oficial porque ha sido la misma infanta Cristina quien lo ha hecho llegar a Lecturas, harta de ver a Iñaki chuleándola en la portada de Hola.
Escribe Eyre que el chantaje es como se ha hecho toda la vida: taparle la boca a Iñaki con dinero, mucho dinero. El impulsor y quien paga es el rey Juan Carlos, quien más miedo tiene al libro de memorias de Iñaki, por el cual explica la periodista catalana le han ofrecido a Urdangarin un cheque de 2 millones de euros. Su silencio vale más. Eyre publica la pensión mensual que Iñaki le ha exigido a la infanta "Le pasa a su marido una mensualidad de 6.000 euros al mes, aparte los viajes a Suiza o Barcelona, que también paga ella, además de hacerse cargo de todos los gastos de los chicos, ninguno de los cuales es independiente. En estos momentos en la única persona en quien confía, por encima de su madre, es en su padre, el rey Juan Carlos, hablan varias veces al día y sigue sus consejos a rajatabla. Fue el emérito el que le dijo “págale, hazlo por tus hijos, que no vaya “ese” ahora con el cuento de la lágrima, pero también para que esté tranquilito, que no nos haga un príncipe Harry y se ponga a escribir sus memorias”.
Iñaki no solo quiere la pensión cada mes sino una indemnización de golpe de muchos millones: "La infanta no puede más. “Se ha terminado, punto final”, repite. Ahora ya no hay marcha atrás. En abril quiere que se cierre este capítulo de su vida, un divorcio que se dirimirá en Suiza, ya que Cristina, desde que se fue a vivir allí no ha vuelto a tributar en España, y del que Iñaki saldrá, o bien con una cantidad fuerte de dinero de una vez, o con una alta pensión compensatoria, firmando una cláusula que garantice que no hará declaraciones, ni a la prensa, ni en un libro. Se debe estar discutiendo la cantidad. Alta, ya que debe permitir que Iñaki viva el resto de su existencia de forma digna y sin necesidad de trabajar. El consejo de Juan Carlos es: “paga, todo con tal de que “ese” no dé escándalos”. El dinero no es un problema, Juan Carlos tiene a su disposición una fortuna incalculable que puede manejar como quiera lejos ya del escrutinio del fisco español".
La gran mentira en España es que nadie explica la verdad, solo cuatro gatos como Pilar Eyre o EN Blau. El duque de Palma es un auténtico jeta y a la infanta lo hace saber en Lecturas "Quedarse en Baquèira no fue una decisión inesperada de Iñaki, sino que lo había preparado con antelación. Es decir, que cuando le comunicó a su mujer que solo irían de paso, la estaba engañando. Con premeditación y alevosía. Y la infanta se derrumbó totalmente. Se sintió estafada, despreciada, vejada, y más cuando le insinuaron que la pareja había dado buena cuenta de unas botellas de vino de gran calidad que el emérito guardaba en su exclusiva bodega". Cornuda y pagando las copas..