Iñaki Urdangarin ha soplado las 51 velas dentro de la prisión de Brieva y lo ha hecho en la salita del vis a vis. Un espacio sórdido, según ha explicado el diario El cierre digital: "Cuentan con una mesa, sillas y baño. Se pueden llevar bebidas adquiridas en el economato y cosas de picar. La duración de la visita es de hora y media. Los familiares pueden traer ropa, ciertos comestibles, libros, Cd’s e ingresar dinero en peculio". Lenguaje carcelario al que está más acostumbrada la Casa Real que la opinión pública. Un privilegio más para la hermana del Rey: Cristina accedió a la prisión dentro de un coche con los cristales tintados.
Pilar Eyre aporta más luz desde Lecturas:"Cristina llevaba una tarta con 51 velitas que se comieron en el cuarto del vis a vis. Fue un aniversario triste. Pregunto si se puede considerar trato de favor, y me contestan que, en días especiales, se suelen conceder visitas extras a los internos que tienen buena conducta. Y el comportamiento de Iñaki no puede ser mejor". Iñaki no tiene ni buen ni mal comportamiento: está solo en la prisión de mujeres, en un módulo aislado sin más reclusos. A menos que se pelee con la litera es difícil que sea un preso conflictivo. Así goza de privilegios, como meter a cinco personas en la sórdida estancia donde los presos practican sexo, cuando no se permiten más de cuatro.
El cumpleaños lo celebró el preso real con su hermana Ana Urdangarín, su todavía mujer Cristina y, sin confirmar, sus dos hijos pequeños Miguel e Irene. Los dos grandes aquel día practicaban deporte, uno tenía partido de balonmano y el otro estaba esquiando. ¿El regalo al exduque? Ropa de la marca Puro Ego. Un nombre apropiado para el hombre que no entiende cómo ha sido condenado por apropiarse de 6 millones de euros de dinero público ilegalmente a través del Instituto sin ánimo de lucro Nóos.