Iñaki Urdangarin y Cristina no llegan a un acuerdo de divorcio. La relación entre ellos es cada vez más tensa, el principal problema serían cuestiones económicas. El exduque de Palma echa la culpa a Juan Carlos de todos sus males. Según él, pertenecer a la corona solo le ha traído disgustos. Cree que podría haberse salvado de la cárcel si el emérito hubiese querido, pero tenía que pagar para demostrar que la justifica es igual para todos.
Es por este motivo que Iñaki no piensa perdonar a Cristina, aunque con ello haga daño a la madre de sus hijos. Desde que entró en prisión no consigue un trabajo decente ni tampoco limpiar su imagen. Sin embargo, cobra un sueldo cada vez por parte de la infanta. Ahora pediría que ese dinero aumentase a los 25.000 euros, una indemnización de dos millones de euros por el libro que le ofrecieron escribir y al que finalmente renunció, varias propiedades de la costa francesa, mantener sus escoltas y financiar los viajes relacionados con sus hijos. Vivir a cuerpo de rey.
La infanta Cristina no está dispuesta a financiar la vida de Iñaki con Ainhoa Armentia. Ya le ha sometido a una humillación pública cuando se filtraron las fotografías de la infidelidad y no piensa permitir una más. Juan Carlos le ofreció la posibilidad de financiar todos los gastos, pero su hija no quiere que se haga cargo. No va a dejar que Urdangarin se salga con la suya.
La infanta Cristina y el obstáculo para Iñaki en su relación con Ainhoa
Cristina no quiere que Iñaki viva a todo lujo con Ainhoa Armentia gracias a ella. Al final lo único que ha hecho es apoyarle en los peores momentos y quererle con locura. Renunció a la corona cuando entró en prisión para demostrarle su amor y se lo pagó con engaños y traiciones. No piensa perdonarle, ya no conoce al hombre con el que ha formado una familia y con el que ha estado más de dos décadas.
Por ahora se han parado las negociaciones para disfrutar de unas semanas de descanso, pero en septiembre se retomarán con la cabeza despejada y con ganas de poner fin a esta batalla que está desestabilizando a ambos. Cristina intenta que Urdangarin rebaje las cantidades de sus peticiones, y además ella misma también ha establecido sus condiciones. Ella está dispuesta a aceptar el dinero que pide, pero siempre y cuando no se case con Ainhoa. Si eso sucede las cláusulas quedarían anuladas. Esta sería la cláusula que está bloqueando el divorcio. El exjugador de balonmano quiere continuar su relación con la abogada y dar más pasos.