Mientras el mundo espera con ansias la inauguración de los Juegos Olímpicos de París, algunas competencias ya han comenzado. Este evento global reúne a los mejores atletas, generando expectación tanto entre los participantes como entre los espectadores. Sin embargo, para algunos, los JJOO no evocan buenos recuerdos. Especialmente para aquellos que formaron parte de la selección de waterpolo que ganó el oro en Atlanta en 1996, debido a la trágica pérdida de uno de sus miembros. Este episodio resulta particularmente doloroso para Iñaki Urdangarin, a quien se le ha señalado por no brindar ayuda cuando más se le necesitaba.

Hablamos de Jesús Rollán, un deportista que se ganó el corazón de muchos. Su trayectoria de éxito y caída es conmovedora. Este legendario portero de la selección española de waterpolo alcanzó la cima con la medalla de oro en Atlanta 1996, pero su vida se vio empañada por una espiral de autodestrucción y adicción a las drogas, que culminó en su temprana muerte en 2006.

jesus rollan

De ser el mejor amigo de Iñaki Urdangarin a ser ignorado en su momento más difícil

La relación entre Rollán y Urdangarin se forjó en la Residencia Blume, donde ambos atletas compartieron años de camaradería y complicidad. No obstante, cuando Rollán atravesó sus peores momentos, Urdangarin, quien había sido uno de sus amigos más cercanos, le dio la espalda. Según se ha revelado, la influencia de Urdangarin sobre Cristina para que se distanciara de Rollán, con quien había tenido una relación sentimental, agravó el estado emocional de Rollán, hundiéndolo aún más en su deterioro mental y emocional.

jesus rollan urdangarin y la infanta cristina

Iñaki Urdangarin pasó de él cuando más lo necesitaba

El libro 'Eterno, vida y muerte de una leyenda' aborda esta compleja dinámica, explicando que "ella se había enamorado de Rollán, aunque finalmente la cosa no cuajó porque él tenía novia y nunca le dio el sí que ella anhelaba. Del amor, pues, pasaron a una amistad que parecía inquebrantable y que sirvió para que la hija de los reyes eméritos conociera al amor de su vida, el hombre que ha sido su marido durante casi 25 años". El libro también detalla cómo, en los momentos más oscuros de Rollán, su familia buscó desesperadamente ayuda en Urdangarin, entonces vicepresidente del Comité Olímpico Español, quien ignoró sus súplicas. “Varios testigos cuentan que el marido de la infanta nunca respondía al teléfono y que siempre estaba reunido. Le dio la espalda”.

La amistad que alguna vez fue fuerte entre Rollán y Urdangarin se fracturó cuando Rollán más necesitaba apoyo. Esta deserción es vista por muchos como un acto de crueldad. Incluso durante eventos significativos en la vida de Rollán, como su boda, Urdangarin y Cristina se mantuvieron alejados, indicando claramente que ya no lo consideraban parte de su círculo cercano.

Cuando Rollán falleció, la asistencia de Urdangarin y Cristina a su funeral fue percibida como un gesto hipócrita, ya que habían abandonado a Rollán mucho antes de su trágico final.