Este año, la Familia Real no faltará a su cita con los Juegos Olímpicos de París. Reactivaran así la relación especial que siempre ha tenido la monarquía si con los Juegos Olímpicos., pues será la primera vez que acuden a este evento desde que se convirtieron en reyes de España. Y es que no estuvieron presentes ni en Río de Janeiro en 2016 ni en Tokio en 2021.
De momento, solo está confirmada la presencia de los reyes Felipe y Letizia en la ceremonia de inauguración que tendrá lugar este viernes 26 de julio. Aunque los reyes no son los únicos miembros de la familia real a los que se espera ver por París. Según varios medios, la princesa Leonor y la infanta Sofía también visitarán la capital francesa en algún momento. Y también la reina emérita Sofía, que se desplazaría desde Mallorca.
Casa real solo contempla que vayan a París los reyes, sus hijas y la reina emérita Sofía
Sin embargo, desde la Casa Real se ha pedido al resto de la familia que no acudan a París durante la celebración de los Juegos. Consideran que los JJOO son territorio de la corona y no quieren ver en París a ningún otro miembro relacionado con la monarquía hasta el 11 de agosto, día en el que finaliza la competición. Quieren mantener un perfil bajo y no llamar demasiado la atención. Pretenden la presencia de la familia real en París pase lo más desapercibida posible.
No obstante, la casa real no puede controlar las acciones de todos los miembros del entorno de la monarquía. Una amenaza que tiene nerviosos a los reyes es Iñaki Urdangarin.
Iñaki Urdangarin, una amenaza para la monarquía en París
Urdangarin, quien tiene muchos amigos cercanos y conocidos en el círculo olímpico, ha expresado su deseo de dejarse ver por los Juegos Olímpicos, lo que sería un claro desafío a los reyes, especialmente a Felipe VI, que no quiere sumar más controversias en torno a la familia real.
La presencia de Iñaki Urdangarin en París durante los Juegos Olímpicos sería vista como un acto de desafío y podría generar una gran cantidad de controversias y atención mediática indeseada. Su presencia en la capital gala seria una posición incómoda para la monarquía y especialmente al rey Felipe VI, que ha estado trabajando arduamente para mantener la estabilidad y la imagen de la institución.
La relación entre Urdangarin y la familia real ha sido tensa desde que surgieron los escándalos que afectaron su reputación. Su decisión de aparecer en un evento tan significativo como los Juegos Olímpicos no solo desafía directamente a la casa real, sino que también pone en riesgo el esfuerzo de Felipe VI por mantener una imagen pública positiva y libre de controversias.