Iñaki Urdangarin nunca ha confirmado recibir dinero por su separación. Sin embargo, el periodista Juan Luis Galiacho, director de ‘El Cierre Digital’, aseguró en exclusiva que Urdangarin exigió pagos que oscilaban entre los 25.000 euros y los 50.000 euros al mes, además de un pago fijo de dos millones. Todo ello a cambio de no publicar unas memorias que escribió mientras estaba en prisión cumpliendo condena por el caso Nóos, en las que revelaba secretos comprometedores de Juan Carlos I, sus amigos poderosos y otros miembros de la casa real, así como por haber sido el cabeza de turco en el juicio y haber exculpado a la infanta Cristina.

Nadie en la casa real y tampoco Iñaki han confirmado que estas informaciones sean reales. De hecho, Galiacho apuntó que Urdangarin cobraría parte de este dinero fuera de España, con lo que tampoco quedaría registrado en el fisco. Además, el ex jugador de balonmano siempre ha ido pregonando que no tiene dinero. Se dice que incluso ha pedido a sus amigos que le paguen los cafés.

Iñaki Urdangarin
Iñaki Urdangarin

Iñaki Urdangarin dice que no tiene dinero, pero lleva un nivel de vida de millonario

Sin embargo, la vida que lleva de cara a la galería indica todo lo contrario a la vez que demuestra que algún ingreso tiene que tener Iñaki. Y es que se está dando una vida de lujo con Ainhoa Armentia, su nueva pareja sentimental.

Se conoce que se están reformando una casa en las afueras de Vitoria. Una vivienda que tienen alquilada con derecho a compra, cuyo precio no es precisamente el de un piso de protección oficial. Además, no se han escondido cuando se han ido de viaje y se han alojado en hoteles de cinco estrellas.

Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia
Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia

Frecuenta restaurantes donde una botella de champagne cuesta 2.000 euros

“Este señor lleva una vida muy por encima de cualquier familia de clase media, cuando con un subsidio de excarcelación de 436 euros debería llevar una vida de clase baja”, apunta la experta Maica Vasco en su canal de YouTube. “436 euros que seguramente es lo que se gasta en una sola noche cenando en uno de los restaurantes que a él le gusta, que son de súper lujo y hay botellas de champagne a 2.000 euros la botella. Que no somos tontos… lo que tendría que hacer es renunciar”, añade Vasco. Desde luego, este ritmo de vida no cuadra con el que debería llevar una persona que, como dice Iñaki, no tiene dinero.