Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina firmarán el acuerdo de divorcio el próximo mes de junio, cuando su hija pequeña, Irene Urdangarin, cumpla la mayoría de edad. De esta forma no tendrán que contar con sus hijos para nada. Será un divorcio rápido y sencillo, aunque muy beneficioso para el ex duque de Lugo.
El guipuzcoano se ha cubierto las espaldas. Con tal de mantenerle en silencio, la infanta Cristina, recomendada por Juan Carlos I, quien le ayudará a sufragar parte de los gastos, le pagará una pensión de 25.000 euros al mes, una indemnización de dos millones de euros, cantidad que le ofrecieron por escribir un libro sobre su relación con la hermana del rey, y pondrá a su nombre algunas de sus propiedades en la costa francesa. Además, cumplirá su deseo de mantenerle la escolta, un derecho que perderá cuando firme el divorcio con la infanta. También le financiará sus viajes, siempre y cuando estén relacionados con visitas a sus hijos.
Iñaki Urdangarin quiere encontrar un trabajo con el que sentirse útil
Pero Iñaki Urdangarin tiene mucho miedo y habría puesto nuevas exigencias a pocos meses de firmar ese documento que cambiará por completo la vida de ambos. El ex duque terminó en prisión por su implicación en el caso Nóos. Uno de los pocos a los que declararon culpable de un gran entramado, en el que también se encontraban Juan Carlos y la infanta Cristina, a quienes no les pasó absolutamente nada, por ello quieren agradecerle su implicación y su silencio. La cárcel desprestigio su imagen y perdió grandes oportunidades laborales. Se ha encontrado con muchas puertas cerradas y su mayor miedo es quedarse sin trabajo en el futuro. Con la pensión mensual de la madre de sus hijos no tendría necesidad de trabajar nunca más, pero él quiere estar activo, sentirse útil y garantizarse una pensión mínima en el futuro.
Iñaki Urdangarin lleva un año sin trabajar. Hizo un curso de rehabilitación para corruptos y trabajó unos meses en el bufete de abogados Imaz&Asociados, donde conoció a Ainhoa Armentia. Pero actualmente no tiene trabajo y vive de prestado en casa de su madre, en Vitoria.
Le gustaría encontrar un puesto relacionados con el deporte, ya que él fue exjugador de balonmano, como su hijo, y es el ámbito en el que tiene más conocimiento. Juan Carlos I podría estar moviendo los hilos para conseguirle ese ansiado trabajo al padre de cuatro de sus nietos. Ambos tuvieron una gran relación en el pasado y como agradecimiento no piensa dejarle tirado. Todo se lleva en el más absoluto secreto. Pero el regreso del emérito a España por unos días podría estar motivado por estas reuniones.