La vida de Iñaki Urdangarin ha dado un giro drástico desde que se vio involucrado en el escándalo del caso Nóos y, más recientemente, tras su ruptura con la infanta Cristina. Estos eventos no solo han alterado su vida personal, sino que también han generado una gran preocupación en su entorno cercano.

A medida que los problemas personales y judiciales se acumulaban, la salud mental de Urdangarin comenzó a deteriorarse de forma alarmante. Después de ser condenado por el caso Nóos y su posterior entrada en prisión, Urdangarin ha experimentado una transformación radical que no ha pasado desapercibido entre sus allegados. El exduque de Palma, conocido por su carácter activo y su personalidad carismática, presenta de un tiempo hacia aquí signos de desorientación y desconcierto. Según diversas fuentes cercanas, su trastorno mental severo comenzó a manifestarse durante su tiempo en prisión, donde Urdangarin sufrió un colapso emocional que ha marcado su vida desde entonces.

Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin
Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin

Iñaki Urdangarin no es el mismo de antes del caso Nóos

Este trastorno ha afectado profundamente su relación con los miembros de la familia real. Los primeros cambios fueron una consecuencia directa de los escándalos. Y desde entonces acude al psicólogo. Pero desde su divorcio en 2022 con Cristina, la situación de Urdangarin se ha estancado. Solo la compañía de Ainhoa Armentia le hace recuperar su mejor carácter.

A lo largo de los últimos meses, Urdangarin ha sido descrito como un hombre muy diferente al que todos conocían. Personas de su entorno aseguran que ha perdido su energía y confianza, volviéndose más retraído y aislado. Esta transformación ha sido tan evidente que incluso el rey Juan Carlos I ha hecho comentarios privados sobre el deterioro de su carácter, señalando que Urdangarin “ya no es el mismo de antes”.

Iñaki Urdangarin
Iñaki Urdangarin

Iñaki Urdangarin sigue acudiendo a terapia

Una de las causas que ha generado gran alarma en los cercanos de Urdangarin es su creciente devoción religiosa. Durante su estancia en prisión, ha mostrado un interés desmedido por los textos religiosos, dedicando horas a la lectura de libros espirituales.

Además, la presión mediática parece haber acentuado su descontrol emocional. En un encuentro con los periodistas en Barcelona, Urdangarin llegó a reaccionar de manera agresiva ante los fotógrafos. Hoy en día, Iñaki Urdangarin sigue yendo a tratamiento psicológico en Vitoria. Pero la preocupación en su entorno se mantiene.