La vida de Iñaki Urdangarin ha tomado un giro drástico desde que se desató el escándalo del caso Nóos y, más recientemente, tras su divorcio de la infanta Cristina. Los problemas legales, la exposición mediática y los conflictos familiares han dejado huellas profundas en su estado emocional y mental, generando una preocupación creciente en su entorno cercano y en la familia real española. Su transformación ha sido tan marcada que muchos consideran que Urdangarin ya no es "el mismo hombre de antes".
El punto de inflexión más visible en su vida fue su ingreso en prisión. Según fuentes cercanas, Iñaki comenzó a mostrar signos de un trastorno mental severo durante su tiempo en la cárcel, un periodo en el que desarrolló comportamientos y actitudes que desconciertan a quienes lo conocían bien. Este cambio se acentuó tras su liberación, cuando salió a la luz su relación extramatrimonial con Ainhoa Armentia, un hecho que precipitó su divorcio en 2022 y lo dejó aún más aislado emocionalmente.
Cambio alarmante en el carácter de Iñaki Urdangarin
La transformación de Urdangarin es motivo de preocupación no solo para la infanta Cristina, sino también para otros miembros de su entorno, incluidos sus hijos: Juan, Miguel, Pablo e Irene Urdangarin. Según la periodista Silvia Taulés, el exduque de Palma ha pasado de ser una figura carismática y activa a un hombre que muestra claros signos de inestabilidad emocional y desconcierto. Incluso el rey emérito, Juan Carlos I, habría comentado en privado que "Iñaki ya no es el mismo de antes", una percepción compartida por muchos en la Casa Real.
Uno de los aspectos más preocupantes del cambio en Urdangarin es su creciente obsesión religiosa, un rasgo que comenzó a desarrollarse durante su tiempo en prisión. Fuentes cercanas indican que ha adoptado una intensa devoción, dedicando largas horas a la lectura de textos religiosos y mostrando comportamientos que desconciertan a quienes lo rodean. Este nuevo enfoque espiritual, lejos de ser un alivio, parece ser una señal de su deterioro psicológico, según expertos que han analizado su situación.
La infanta Cristina, muy preocupada por su exmarido
La infanta Cristina, a pesar de estar divorciados, sigue profundamente preocupada por el bienestar de su exmarido. Al fin y al cabo, es el padre de sus hijos y uno de los hombres más importantes de su vida. Fuentes cercanas aseguran que ya había notado signos de deterioro mental mucho antes de que Iñaki saliera de prisión, pero los últimos meses han evidenciado una situación mucho más grave. Cristina ha intentado brindarle apoyo en lo que ha podido, aunque el cambio radical en su personalidad hace difícil cualquier acercamiento.
El Iñaki de ahora es un desconocido, marcado por una vulnerabilidad emocional que desconcierta a su círculo más cercano. Su comportamiento errático también ha salido a la luz en encuentros con los medios, donde ha perdido los nervios al sentirse acosado por fotógrafos, una reacción atípica en el que fuera un hombre acostumbrado a la atención mediática.