El divorcio entre Iñaki Urdangarín y la infanta Cristina sigue sobre la mesa. El ex jugador de balonmano y la hija del emérito Juan Carlos I todavía no han estampado su firma en los documentos que anularán su matrimonio definitivamente. Pero eso es algo que no tardará en ocurrir. De hecho, muchos sitúan los acontecimientos en el próximo mes de junio. Será entonces cuando la hija de Iñaki y Cristina cumpla la mayoría de edad. De esta forma, el divorcio podrá cerrarse en un notario y no será necesario que intervenga un juez, evitando así cualquier filtración.
Una separación que, según señalan varios medios, no ha estado exenta de exigencias por parte de Urdangarin. El ex deportista habría puesto una serie de condiciones a cambio de guardar silencio sobre los asuntos turbios que conoce acerca de la familia real. Unas exigencias entre las que figuraría la asignación de una importante manutención o poder disfrutar de la casa de la que dispone la casa real en Baqueira o del chalet de Bidart.
Silencio a precio de oro
A cambio de todo ello, Iñaki habría rechazado escribir un libro con sus memorias. Un proyecto por el que le ofrecían cerca de medio millón de euros y en el que hubiera contado, entre otros detalles, los nombres de algunos implicados en el Caso Nóos. Queda claro que lo que sacará de la familia real es más suculento.
Pero no es el único ‘favor’ que recibirá de Felipe VI. De hecho, ya está recibiendo uno en la actualidad. Este es que seguirá disfrutando de los escoltas que le vienen acompañando desde que salió de prisión.
Según informa Vanitatis, cuya fuente proviene del Ministerio de Interior, la retirada de los guardaespaldas se ha pospuesto. Al menos hasta que reciba la mencionada manutención y pueda pagársela de su bolsillo.
La úiltima exigencia de Iñaki Urdangarin
Hace unas semanas, el programa ‘Y ahora Sonsoles’ reveló que Ministerio de Interior había decidido retirar la escolta personal a Urdangarin. Algo que, según contaron en el espacio televisivo, no había sentado nada bien al ex jugador de balonmano. Tanto es así que se habría dado marcha atrás temporalmente en esta decisión.
“El marido de la infanta Cristina cuenta con un nutrido grupo de agentes del Cuerpo Nacional de Policía perteneciente al grupo de Casa Real a su servicio, y el Gobierno, como responsable de esta asistencia, pidió que se iniciara el proceso para terminarlo. Pero se encontraron con algunos escollos, habría revelado una fuente del Ministerio a Vanitatis.
“El primero, que ningún responsable del grupo se atreve a firmar los documentos de retirada de los escoltas. Otro: los mismos escoltas han mostrado sus reticencias, así como el propio Urdangarin, que ha manifestado su voluntad de seguir teniendo seguridad del Estado”, sigue el portal digital. “Es lógico que alguien no quiera perder el servicio de escoltas. Porque además de velar por la seguridad y evitar el asedio de la prensa, se dedican a facilitar la vida a la persona en cuestión. En el caso de Iñaki Urdangarin le sirven para evitar que los fotógrafos capten momentos con su nueva pareja”, comenta la fuente.
Ahora muchos sitúan esta retirada de la escolta en el próximo verano. Concretamente, cuando Irene, la hija menor del matrimonio, cumpla la mayoría de edad. Será entonces cuando Iñaki y Cristina firmen el divorcio, él pase a percibir su nuevo sueldo y se pueda pagar la seguridad privada de su bolsillo. Además, para entonces Irene también perderá su escolta. “Será entonces, de manera más probable, cuando su padre pierda también la escolta. No tendría sentido que retire la seguridad a la hija y no al padre, cuando Irene tiene más relación familiar con el Rey que Urdangarin”, concluye el portal.