Iñaki Urdangarin y Cristina de Borbón han puesto punto y final a su interminable divorcio. Después de dos años de incansable lucha legal con sus respectivos abogados, el exduque de Palma y la infanta han dejado de ser un matrimonio, ya solo les unen cuatro hijos en común, todos ellos mayores de edad. No obstante, tal y como han acordado en el proceso de divorcio, como la mayoría se encuentran todavía en su formación, la infanta, con ayuda de Juan Carlos, se encargará de cubrir todos sus gastos.
Con el divorcio, Iñaki habría perdido algunos de sus privilegios, como los escoltas. Tampoco podrá ir a Marivent, ni a Baqueira Beret, y no podrá instalarse en Bidart si no va acompañado de algunos de sus hijos. La propiedad de la casa de la costa francesa figura solo a nombre de la infanta Cristina como propietaria única. No obstante, el exduque de Palma nunca vivirá una crisis económica. Cuando salió de la cárcel tenía que pedir dinero a sus amigos para que le pagasen hasta los cafés. Ahora mismo ya no es necesario. Juan Carlos se ha encargado de financiar todos los gastos del exjugador de balonmano. Ya ha recibido en dos pagos, dos millones de euros en concepto de indemnización por el libro que le ofrecieron escribir y al que renunció, y 25.000 euros mensuales de sueldo.
Ainhoa Armentia e Iñaki Urdangarin podrían casarse el próximo año
Con todo ese dinero puede empezar una nueva vida al lado de Ainhoa Armentia. Iñaki Urdangarin tenía muchas ganas de divorciarse de Cristina para poder vivir al lado de la abogada y cumplir sus planes de futuro. Su idea es casarse a corto plazo, aunque de momento no hay nada preparado. Si que han empezado a vivir juntos en una casa que han alquilado, donde también viven los hijos adolescentes de ella.
Por ahora no habrá boda porque antes Iñaki quiere hacer oficial su estatus y reunir a toda la familia, así lo ha hecho saber Pilar Eyre, algo que no será del agrado de Cristina, que aún pensaba que podría recuperar al padre de sus hijos y que esta relación solo sería un capricho. “Iñaki querría oficializar su estatus, no solo para evitarle una posición humillante a la mujer que ama, sino porque sabe que, cuando sean una pareja admitida por todos, sus hijos no tendrán más remedio que conocerla. Ya no deberá dejarla en Vitoria ni esconderla en el hotel cuando vaya a ver cómo juega su hijo Pablo en Barcelona, ni cuando visite a Irene en Ginebra”.
A Iñaki Urdangarin todavía le quedan muchos pasos que dar con esta relación, y es que los hijos del exduque todavía no conocen a Ainhoa Armentia y no tienen buena relación.