La figura de Iñaki Urdangarin, una vez miembro de la familia real, sigue generando interés y preocupación en los círculos cercanos al rey Felipe VI. En las últimas semanas se han producido dos reuniones privadas entre el exduque de Palma y personas de confianza del monarca. Estos encuentros, realizados con discreción, reflejan un esfuerzo deliberado por mantener bajo control cualquier riesgo que pueda derivar de su situación actual.
Desde su separación de la infanta Cristina, Urdangarin ha iniciado una nueva vida en Vitoria junto a su pareja, Ainhoa Armentia, en un entorno que combina privacidad y lujo. Sin embargo, los rumores sobre sus acuerdos económicos con Cristina y sus presuntas demandas adicionales han despertado alarma en el entorno de Zarzuela. Según diversas fuentes, Urdangarin habría planteado recientemente la necesidad de aumentar su pensión vitalicia, lo que provocó una firme negativa por parte de su exesposa.
El entorno del rey Felipe VI intenta mantener en silencio a Iñaki Urdangarin
Este rechazo ha sido motivo de preocupación para los asesores de la Corona. Urdangarin, quien durante años formó parte del núcleo íntimo de la familia real, posee información sensible que podría desestabilizar la institución en caso de ser revelada. Conscientes de esta posibilidad, personas cercanas al rey Felipe VI han optado por actuar con rapidez, organizando reuniones para suavizar tensiones y garantizar que el exyerno del rey emérito no tome medidas impulsivas.
El trasfondo de estas reuniones no es solo financiero. Urdangarin arrastra un historial de polémicas tras su implicación en el caso Nóos, un escándalo que golpeó duramente la imagen de la monarquía española. Aunque Felipe VI ha trabajado arduamente para restaurar la credibilidad de la institución desde su ascenso al trono, figuras como Urdangarin continúan representando un punto vulnerable.
Dos reuniones para calmar los ánimos
En estos encuentros, los emisarios del rey habrían transmitido un mensaje claro: la Corona no busca enfrentamientos, pero espera que Urdangarin respete los acuerdos alcanzados durante su separación de Cristina y evite cualquier acción que pueda dañar la estabilidad de la familia real. Estas reuniones también pueden interpretarse como un intento de mantener al ex deportista en una posición cómoda, pero sin concederle más privilegios que los ya acordados.
Por otro lado, este movimiento táctico por parte de Zarzuela pone de manifiesto la importancia de evitar nuevos escándalos. Aunque la infanta Cristina ha demostrado firmeza al negarse a renegociar los términos económicos, la posibilidad de que Urdangarin utilice sus conocimientos como moneda de cambio sigue siendo motivo de inquietud.