Iñaki Urdangarin piensa hundir a la infanta Cristina. El exduque de Palma sabe que aún la desea y está enamorada de él, por ello, aunque su matrimonio no funcionaba, cuando aparecieron las fotografías del exjugador de balonmano dando un paseo por la playa de Biarritz, como solían hacer ellos, de la mano de Ainhoa Armentia, se sintió traicionada y humillada. Ella siempre creyó que sería un capricho pasajero y que en unos meses volvería a sus brazos, como ya sucedió en otras ocasiones que no se han destapado, pero esta vez iba muy en serio. El padre de Juan, Miguel, Pablo e Irene ha cerrado un importante capítulo de su vida y ha empezado desde cero con su nueva ilusión.
Todos pensaban que Iñaki Urdangarin no podía cambiar, pero se equivocaron, el exduque de Palma ha demostrado que puede ser otra persona. El yerno favorito de Juan Carlos I mantiene una relación con Ainhoa Armentia desde hace tres años y van dando pasos en su noviazgo poco a poco, sin prisas pero sin pausa. El pasado verano sus cuatro hijos pudieron conocer a la abogada tras firmar definitivamente el divorcio con la infanta Cristina y eliminarse la cláusula que les impedía conocerla. Por otro lado, estas Navidades las han celebrado todos juntos, con los dos hijos de la vitoriana. El primer encuentro de los seis jóvenes al completo.
Iñaki Urdangarin estaba muy feliz, aunque hubo un poco de frialdad y silencio en algunos momentos, como incomodidad, es la primera vez que reúne a toda la familia desde que anunció su separación con la infanta Cristina. Ahora vive tranquilo alejado del foco mediático, y muy enamorado.
Iñaki da un paso más en su relación con Ainhoa Armentia
Con el dinero que le ha sacado a Juan Carlos I por su silencio y por aceptar su ingreso en prisión, se ha comprado una casa en la lujosa urbanización vitoriana Ciudad Jardín, donde vive también su madre. Cobró dos millones de euros en concepto de indemnización por un libro que una conocida editorial le ofreció escribir y a la que renunció para demostrar al emérito lealtad y compromiso, y 25.000 euros que cobraría todos los meses hasta el fin de sus días a través de transacciones desde Suiza para librarse de la Hacienda Pública.
Iñaki Urdangarin ha aprovechado la ocasión para dar un paso más en su relación. Tras firmar el divorcio y reunir a toda la familia, el exjugador de balonmano hincó rodilla y pidió matrimonio de la forma más romántica a Ainhoa Armentia, quien contestó con un “sí”.
Iñaki quiere formalizar la relación para que si le pasa algo a uno de los dos, especialmente a él, ella esté salvada económicamente. Se casarían este año de forma privada por el juzgado.