Iñaki Urdangarin no ama a la infanta Cristina. Tampoco quiere a los Borbones. Tiene una nueva vida en la que su novia de Vitoria-Gasteiz, Ainhoa Armentia, es la protagonista y su otra mitad. Ahora bien, aunque la llama y el afecto se hayan extinguido, sí que quiere continuar ligado a la Casa Real. Concretamente a sus privilegios de ricos y poderosos, y compartirlos con su chica. Eso sí que es hacer un buen negocio, ¿verdad? Hace pocos días explicábamos un ejemplo clarísimo: estaba enfadado con Zarzuela y con su ex porque el día que firme los papeles del divorcio le retirarán la escolta proporcionada por su familia política. Si quiere guardaespaldas le tocará pagarlos, cosa que no ha hecho durante 25 años de casado. Que le toquen el bolsillo le molesta, y clama indignado: "Es que nos acosan". Ay, Manolete, Manolete...

Pues bien, esta semana la revista '¡Hola!' publica en exclusiva una nueva muestra de este comportamiento hipócrita y gorrón. Urdangarin ha disfrutado del fin de semana previo a San Valentín en las pistas de esquí de Baqueira. Un destino habitual de la borbonada y del propio matrimonio. Allí pasaron sus últimas vacaciones juntos, a finales de 2021. Un mes después salían las famosas fotos con Ainhoa caminando de la mano por una playa del País Vasco francés, curiosamente el mismo paraje que compartía con Cristina. Parece que no tiene demasiada imaginación, porque está replicando su vida amorosa anterior en su nuevo romance plebeyo. En todo caso, la escapada de estos días no llama la atención solo por la elección de la estación leridana; lo hace porque además han pernoctado en un casoplón que es el refugio habitual de los Borbones. Parece un ultraje en toda regla. Pero tiene truco.

Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia / Telecinco

Iñaki y Ainhoa, fin de semana en Baqueira en una exclusiva casa utilizada por los Borbones

La vivienda de 200 metros cuadrados y tres plantas en la urbanización La Pleta, y que un grupo de empresarios ceden desde hace 40 años a Zarzuela y a sus satélites, ha sido el hotel con encanto y de lujo del que ha disfrutado a la parejita durante estos días en la nieve. Por allí han pasado todos, desde Juan Carlos con Sofía a Felipe y Letizia. Urdangarin también la conocía, y ha querido enseñarla a su nueva pareja, que era la primera vez que visitaba el Vall d'Aran y sus pistas. No han esquiado, eso sí. Parece ser que Ainhoa no sabe. Se han dedicado a dar paseos pisando el manto blanco antes de volver al nidito de amor gratis total. ¿Pero cómo es posible que tenga, a priori, tanta jeta? Porque Iñaki ha pagado un peaje: la humillación ante los Borbones.

Urbanización La Pleta, Baqueira / MSN

Urdangarin se humilla ante Cristina para disfrutar de los privilegios royals

"Urdangarín habría pedido permiso para pernoctar en esta casa de la exclusiva urbanización, por lo que su exfamilia política estaría al tanto de la escapada". Esto es lo que recoge la revista, sosteniéndose en fuentes de máxima confianza. Iñaki con la cabeza gacha suplicándoles poder quedarse en aquella casa para poder darse mimos con la sustituta de Cristina de Borbón, increíble. Bueno, increíble que ose pedirla, pero todavía más increíble que accedieran a darle las llaves. O aquí se nos escapa algo o en Zarzuela les basta con la vendetta de verlo arrastrarse por unas migajas. En todo caso, Ainhoa haría bien de poner un poco de orden. La imagen que proyectan es lamentable.

Iñaki Urdangarin y Cristina / GTRES

Tener morro debe ser contagioso. Iñaki ha aprendido mucho en aquella familia.