Iñaki Urdangarin está viviendo la ‘calma’ tras la tormenta. Evidentemente, estos últimos meses le han servido para reconstruir su vida desde cero, ya sin compromisos legales ni obligaciones conyugales. Todo parece indicar que Ainhoa Armentia está dentro de sus planes futuros, su relación se consolida a la vista de propios y extraños. Pero no todo es felicidad, su cambio de vida llega con algunos disgustos por parte de sus hijos: Juan, Pablo, Miguel e Irene. En particular, su primogénito es el más afectado de todos. Hay un episodio de humillación en una panadería que le pasó factura para siempre.
Pilar Eyre es quien ha estado al corriente de la vida de los Urdangarin Borbón desde pequeños. Según explicaba la periodista en portada, los hijos de Iñaki Urdangarin tuvieron una infancia feliz. Los primeros años, Juan y sus hermanos menores vivieron en Barcelona. Durante los períodos libres, los niños salían a pasear en bicicleta con su padre. Cristina de Borbón los esperaba con mucha ilusión en el parque Santa Amèlia, donde se reunían y jugaban. Sus fiestas de cumpleaños eran muy animadas, con toda clase de actividades infantiles. Lo cierto es que estaban rodeados de amistades, su hogar siempre se encontraba lleno.
El caso Nóos fue el punto de quiebre, lo cambió todo. Tal y como afirma la especialista en la Familia Real, el más afectado fue Juan Urdangarin. Una terrible anécdota lo atormenta hasta la actualidad.
‘Ladrón’, le gritan a Iñaki Urdangarin frente a su hijo Juan
Eyre narra el trauma infantil que se desencadenó en Juan y Pablo cuando estalló el caso Nóos. “Iñaki iba con sus dos hijos mayores cuando entró en la panadería del paseo Bonanova donde les gritaron ‘cuidado con los bolsos’”, contó. Los que estaban en la panadería se ensañaron con Iñaki, le decían que era un ladrón y un corrupto. Una escena que, por desgracia, sus hijos tuvieron que presenciar y que desencadenó llanto y miedo. En ese entonces tenían 11 y 10 años, apenas entendían el lío en el que se había visto envuelto su padre.
Para Juan fue insuperable, necesitó terapia y a día de hoy sigue acudiendo a consulta. Cuando decidieron irse a Estados Unidos, su situación no varió demasiado. En el instituto al que iba había estudiantes españoles que conocían el caso de corrupción y le hacían bullying. Pasó de ser un niño risueño, divertido y espontáneo, a ser un adulto callado, serio e introvertido. Además de que no ha podido dejar de lado el vicio del tabaco, casi siempre lleva uno en la mano. Otro aspecto que comentan en los medios es que vive en Inglaterra, alejado de su familia y de todo el revuelo que causa ser un Borbón en España.
Pablo Urdangarin lo asimiló distinto, se enfocó en el deporte y eso lo unió más a su padre. De hecho, es el único que mantiene una buena relación con el ex duque de Palma. Por su parte, Miguel se mudó nuevamente con su madre y está concentrado en sus estudios. Irene, la más pequeña, no quiere hablar con él.
Iñaki Urdangarin se dejó tentar por el dinero, su rol dentro de la realeza le dio confianza. Lo que no sabía era cómo iba a terminar su familia, pues Juan no lo quiere perdonar.