La vida de Iñaki Urdangarin ha estado siempre bajo el foco mediático, no solo por su conexión con la Casa Real española, sino también por sus numerosas infidelidades que han dejado una estela de escándalos. Desde que comenzó su relación con la infanta Cristina, Urdangarin no ha cesado de ser noticia por sus affaires, muchos de los cuales involucraron a mujeres casadas que eran parte de su círculo social. Estos episodios de engaño se han repartido entre Barcelona, Vitoria y Bidart, revelando un patrón de comportamiento que ha sembrado desconfianza y ha deteriorado profundamente sus relaciones personales.
Los primeros indicios de la doble vida de Iñaki aparecieron cuando aún estaba con Carmen Camí, una relación que precedió a su encuentro con Cristina. Sin embargo, según reveló El Mundo, mientras sostenía este noviazgo, Urdangarin también mantenía una relación con otra mujer, Susana López. Este tipo de conducta, donde Urdangarin dividía su tiempo entre dos mujeres, ya mostraba su tendencia a la infidelidad.
Iñaki Urdangarin, promiscuo reincidente
Afianzada su relación con Camí, Iñaki rompió con Susana. Pero entonces apareció la infanta Cristina. Y no rompió con Carme hasta que su compromiso con la infanta se confirmó. De hecho, Camí se enteró de que Iñaki estaba con la infanta a través de los medios.
Una de las historias más impactantes en la larga lista de infidelidades de Urdangarin fue la relación con una mujer casada, madre de dos hijos, que estaba casada con un compañero suyo del FC Barcelona, tal y como publicó el medio mencionado. Esta aventura no solo representó una traición a su esposa, la infanta Cristina, sino también a su amigo. A pesar de estar casado, Iñaki mantuvo esta relación en secreto durante varios meses, saliendo a la luz años después, cuando ya estaba envuelto en el escándalo del Caso Nóos. La instrucción reveló algunos mensajes íntimos que confirmaban la infidelidad. Mensajes con contenido explícito mostraban a un hombre que, a pesar de estar casado con una miembro de la realeza, no podía resistir la tentación de buscar relaciones extraconyugales. Estas revelaciones devastaron aún más la imagen pública de Iñaki y marcaron el inicio del deterioro definitivo de su matrimonio con Cristina.
Se saltó reiteradamente los límites de la lealtad
En Vitoria, donde la pareja residió durante un tiempo, Urdangarin continuó con su patrón de infidelidades. Las historias de sus aventuras con mujeres casadas se multiplicaron, consolidando su reputación como un hombre incapaz de respetar los límites de la lealtad, tanto en su matrimonio como en sus amistades. Lo mismo ocurrió en Bidart, un lugar que Urdangarin utilizó para encontrarse con sus amantes lejos de las miradas indiscretas de la sociedad española.
El encuentro con Ainhoa Armentia, con quien comenzó una relación mientras trabajaba en un bufete de abogados tras salir de prisión, fue otro golpe para la infanta Cristina. Este romance, que involucraba nuevamente a una mujer casada, dejó claro que Iñaki no tenía intención de cambiar su comportamiento. A pesar de todas las señales y de las advertencias de su entorno, Cristina se mantuvo fiel a su esposo durante mucho tiempo, esperando que las cosas pudieran mejorar. Como ya se sabe, aquello nunca llegó a pasar.