Iñaki Urdangarin no cede, está dispuesto de hacerle pagar a la corona todo el daño que según él le han hecho. Ha pagado un precio muy alto por pertenecer a ella. La trama Nóos quedó al descubierto y el exduque de Palma ingresó en prisión. Casa Real salvó a la infanta Elena, le sacrificó a él para demostrar a la ciudadanía que la justicia era igual para todos. Las peticiones del exjugador de balonmano son cada vez mayores y Cristina de Borbón no está dispuesta a ceder. Ya se le sometió a una humillación pública con la infidelidad y no piensa tolerar otra. Juan Carlos se ha ofrecido a hacerse cargo de todos los gastos, pero ella se niega.
El guipuzcoano pide 25.000 euros mensuales, dos millones en concepto de indemnización, varias propiedades de la costa francesa, mantener sus escoltas y financiar todos los viajes relacionados con sus hijos. La tensión entre el todavía matrimonio se puede cortar con un cuchillo. Ahora mismo no pueden ni verse las caras. En la graduación de Irene no se dirigieron ni la palabra. Las hermanas del exduque también han roto relaciones con Cristina, a quien consideraban una hermana más, pero están hartas de la situación. También creen que Juan Carlos tiene gran parte de culpa y que Iñaki ha soportado un calvario.
Iñaki Urdangarin entró a trabajar a un bufete de abogados mientras dormía en prisión, es allí donde conoció a Ainhoa Armentia. Salían a tomar algo como amigos con otros compañeros, pero entre los dos surgió la química. Ninguno de los dos pasaba un buen momento en su matrimonio y uno fue el apoyo del otro. La abogada ya se divorció del padre de sus dos hijos adolescentes, pero el divorcio de Iñaki es más complicado.
Casa Real estaba al corriente de la infidelidad de Iñaki a Cristina: luz verde a la publicación de las fotografías
El exduque empezó a salir con Ainhoa meses antes de la confirmación de la relación. Estaba dispuesto a mantener una doble vida si las fotografías no hubiesen visto la luz. Antes de que se publicasen, hicieron conocedores de las imágenes a Casa Real. Letizia aceptó que se publicasen y de esta forma cargarse a Iñaki para siempre y desvincularlo totalmente de la corona. Sabía que se iban a divorciar, pero no calculó las consecuencias.
Letizia avisó a la infanta Cristina de las fotografías que estaban a punto de ver la luz, pero ésta no la creyó. No podía creer que Iñaki le fuese infiel, aunque su matrimonio no pasase por un buen momento y estuviese cada uno en una punta de Europa.