A la infanta Cristina le ha costado mucho quitarse la venda de los ojos. Ha tenido que ver como Iñaki Urdangarin la engañaba delante de toda España para separarse del ex jugador de balonmano. No tuvo suficiente cuando fue acusado de robar hasta seis millones de euros, según la sentencia condenatoria firme, del dinero público de las Baleares. “No lo sé, no me acuerdo, esto lo llevaba mi marido”, respondía Cristina cuando fue llamada a declarar.

Teniendo en cuenta que la infanta no tiene ni un pelo de tonta, queda claro que le parecían bien los tejemanejes de su marido. Y es que la hija del rey emérito Juan Carlos I estaba enamoradísima de Iñaki. Urdangarin la volvía loca. Tal fue su amor por el ex deportista que aguantó ser apartada de la casa real y que su hermano, Felipe VI, le retirara la palabra.

La virtud de Iñaki Urdangarin que enloquecía a la infanta Cristina

Pero el amor por Iñaki no solo se debía a su personalidad o a su belleza. Según revelaron en ‘Sálvame’, había otro motivo de peso. De mucho peso. Y tamaño. Lo contó Kiko Matamoros.

Urdangarin tenía un apodo en el vestuario del Barça de balonmano. Se puede contar, no es leyenda, lo he dicho en la reunión y todas se han quedado con la boca abierta. Tiene que ver con su condición física, está bien de músculo, tenía otro punto de apoyo. Si ves las imágenes cogidos de la mano se ve el bulto. Se le marca, estaba alegre, se ven sus dotes, su volumen. Para ir en bicicleta como va él es incomodísimo. Ostras, carga a la izquierda, una señora del público de plató está diciendo 'Es verdad'. El tamaño importa o le importará  a la infanta. En el vestuario era un apodo relativo a eso: burrito Urdangarin".

Urdangarin y la infanta en la playa de Bidart GTRES

Cabe decir que Pilar Eyre también hizo referencia a esta virtud. Según la cronista especializada en la casa real, el peluquero de la infanta lo sabía bien. “Urdangarín se paseaba en calzoncillos por casa, veía sus músculos y su... uf, no me extraña que la infanta lo mirara con ojos de carnero degollado”, comentaba dicho peluquero, tal y como relató Eyre. “El vigor que Iñaki Urdangarin paseaba por casa ante el peluquero de Cristina, al descubierto”, comentó la periodista.