A pesar de los problemas existentes con la infanta Cristina, como los desacuerdos en el acuerdo de divorcio, Iñaki Urdangarin no quiso perderse la graduación de su hija Irene. Estuvo presente junto a su madre Claire, pero él se situó en todo momento en un segundo y discreto plano. Por lo menos de puertas para afuera no se le vio hablar con nadie.
El exduque y la infanta firmarían el divorcio este mes de junio tal y como quedó pactado. Ambos esperaban a que su hija cumpliese la mayoría de edad para que fuese todo mucho más fácil. Se han dicho muchas cosas sobre las peticiones del exjugador de balonmano pero no se sabe a ciencia cierta cuantas son verdaderas, ya que han sido muy discretos en este largo proceso. Está claro que Iñaki tiene muchas ganas de estampar su firma para empezar una nueva vida al lado de su amor, Ainhoa Armentia, y, desde luego, no querría irse con las manos vacías. Su silencio es el mejor as bajo la manga.
Según Juan Luis Galiacho, Iñaki Urdangarin pidiía una pensión mensual de 25.000 euros, una indemnización de dos millones de euros, varias propiedades de la costa francesa a su nombre, mantener sus escoltas durante un tiempo y que se le financien sus viajes, siempre y cuando estén relacionados con sus hijos. Todo esto correría a cargo de Juan Carlos, la misma persona que le ha dicho a la infanta Cristina que acepte todas sus peticiones sin rechistar. La madre de Juan, Pablo, Miguel e Irene no quiere financiar la vida de Ainhoa Armentia y habría puesto una cláusula que es todo un golpe de efecto. Si se casa con ella perdería todos los beneficios que se firmasen finalmente en el divorcio, Iñaki no está de acuerdo. Según la periodista Paloma García-Pelayo hay “cuestiones económicas” que solucionar todavía.
Iñaki Urdangarin valora varias ofertas de trabajo
Iñaki Urdangarin ya mira hacia el futuro y tiene muchos planes en su cabeza, entre ellos su boda con Ainhoa Armentia. No obstante, seguirán el proceso de ir poco a poco. De momento les ha funcionado bastante bien. Aunque con todo ese dinero el exduque pueda vivir sin trabajar, quiere empezar una nueva vida y sentirse útil. Tal y como cuenta Silvia Taulés en ‘Vanitatis’, el exmarido de la infanta Cristina tendría varias ofertas de trabajo de lo más jugosas y de diferentes sectores. Para él no es tanto el tema económico, sino la tranquilidad que le aporte este trabajo. No quiere estar en el foco mediático.
Ya se habló en una ocasión que uno de estos trabajos podría ser entrenar al equipo de balonmano del FC Barcelona. Para ello debería residir de nuevo en la ciudad condal, donde tiene grandes amigos por los años que vivió en ella. Si volviese a la capital catalana en esta ocasión lo haría en compañía de Ainhoa Armentia, aunque el problema serían los hijos de ella, todavía adolescentes. Viven con ella, es por ello que la pareja todavía no vive bajo el mismo techo.