Iñaki Urdangarin es uno de los personajes más comentados de los últimos años. Ciertamente, la atención mediática ha sido constante, y no siempre positiva. Hay grandes aspectos de su vida diaria con la infanta Cristina que todavía salen a colación incluso después de haberse divorciado. Un divorcio que, por cierto, se estuvo esperando desde que aparecieron las fotografías de Iñaki con Ainhoa Armentia en las revistas. Sea como sea, los sucesos son impactantes. Hay informantes que respaldan que hubo un trato en el momento en que él decidió asumir la culpa y entrar a prisión. Un cambio de vida, nada menos.
La historia de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin ha estado plagada de controversias. El escándalo de corrupción que involucró a su esposo, conocido como el caso Nóos, no solo afectó su imagen pública, sino que también tuvo repercusiones en su vida personal. La infanta se vio atrapada en un torbellino de críticas y juicios, lo que llevó a una creciente distancia entre ella y otros miembros de la familia real. A medida que las investigaciones avanzaban y las acusaciones se acumulaban, la presión sobre ella se intensificó, convirtiéndola en una figura completamente atrayente.
Sin embargo, está claro que las decisiones que llevaron a Iñaki a la cárcel tienen que ver con los negocios que ya hacía Juan Carlos I, de los cuales su mujer estaba enterada y era partícipe. ¿Por qué decidió continuar y llegar a prisión? Te contamos.
El acuerdo que salvó a la infanta Cristina de la prisión, Iñaki Urdangarin se llevó la peor parte
La separación de los exduques de Palma se estuvo tramitando durante mucho más tiempo de lo que decían inicialmente. Y finalmente se produjo con la mayor discreción, dado que tenían cuentas que arreglar. Al exjugador de balonmano le ofrecieron una holgura financiera por dejar de lado la implicación de la infanta. Un hecho que a su salida de la cárcel no disfrutó.
Como decía Silvia Taulés en Los sobrinos del rey: “Cuando Iñaki estaba en prisión, les decía a sus amigos cuando le visitaban que le habían prometido una vida solucionada cuando estuviera fuera, que no tenía que preocuparse por nada. Pero cuando obtuvo la libertad condicional se encontró que no tenía más hogar que el de su madre…”. Es por ello que los amigos le pagaban los cafés, iba en bici y se le veía buscar trabajo todo el tiempo.
Y es que desde la Casa Real era inaceptable que una infanta de España tuviera sobre sí tal antecedente penal. Iba a ser catastrófico, incluso cuando la Familia Real ya le habría negado los derechos sucesorios y prescindido de su participación en la agenda oficial. Al cumplir su condena, Urdangarin no quería saber nada de ella. Solo anhelaba lo que se acordó en su momento.
El objetivo de Iñaki Urdangarin desde el principio fue uno: conquistar a la infanta Cristina para tener una vida cómoda y asegurada. Tanto es así, que tenía una relación formal con otra joven cuando se le presentó esta oportunidad. La dejó al asegurar su compromiso con la hija del entonces rey Juan Carlos I.