La imagen de un sonriente Iñaki Urdangarín fuera de la prisión para hacer de voluntario en un centro de asistencia a discapacitados ha dado la vuelta al mundo. Era la primera instantánea del cuñado del rey Felipe VI después de 15 meses en la cárcel de mujeres de Brieva, y el exdeportista condenado por el caso Nóos ofreció su mejor cara a los medios de comunicación que le esperaron a la entrada del Hogar Don Orione, en Pozuelo de Alarcón. Se le veía feliz, y no es de extrañar: Ha conseguido salir de su encierro forzado gracias a una decisión judicial, que quiere reintegrar el exduque de Palma en la sociedad con servicios a la comunidad, cuando ni siquiera ha cumplido una cuarta parte de su privación de libertad. Pero a medida que pasan las horas, el ademán alegre de Iñaki podría ir aguándose. Y es que los que consideran un escándalo el tratamiento que disfruta este insigne recluso cada vez son más. Hay incluso quien ha cambiado de bando.

Iñaki Urdangarin Hogar Don Orione EFE

Una de las principales deserciones de aquellos que defienden la maniobra de Urdangarín es una de las cronistas reales más conocidas, la catalana Pilar Eyre. La periodista ha pasado de percibir el voluntariado "con simpatía" a tildarlo con contundencia: "Un despropósito". Eyre ha reflexionado y ha hecho lo que se supone que hacen las buenas periodistas: Preguntar, investigar y contrastar. E Iñaki no ha salido bien parado de este proceso. El trato de favor parece imposible de esconder: "Funcionarios de prisiones con cuarenta años de trabajo a sus espaldas, me dicen que nunca habían visto una cosa así", asegura. No es su único tuit al respecto, hay otros donde se puede leer términos como 'torpeza'.

Pilar Eyre @pilareyreoficial

Iñaki Urdangarín Hogar Don Orione Europa Press

Sí, es cierto: A Urdangarín seguramente la opinión de Pilar Eyre no le preocupa mucho. Su gran inquietud proviene de la Fiscalía, que ha presentado un recurso contra la decisión del juez de otorgarle el permiso para salir dos veces a la semana del centro abulense. Pero quizás se lo tendría que tomar seriamente. La arbitrariedad y el trato desigual vuelven a la vida del marido de la Infanta Cristina. Y empieza a ser un clamor. Ya saben, aquello que dijeron durante su juicio: "La justicia no se igual para todos"