Iñaki Urdangarin ya no forma parte de la familia Borbón, aunque Juan Carlos I se ha encargado personalmente de que no le falte absolutamente de nada. Le prometió que si entraba en prisión y mantenía su boca cerrada cobraría una gran fortuna de por vida. En total dos millones de euros en concepto de indemnización y 25.000 euros mensuales. Con este dinero no tiene que volver a trabajar nunca más.
El exjugador de balonmano tenía muy buena relación con Juan Carlos I, pero también con la reina Sofía. De hecho, la emérita le visitaba en prisión muy a menudo el primer año. Rezaban juntos para que saliese pronto de allí.

Iñaki Urdangarin es una persona muy católica y practicante. Siempre iba a misa los domingos y es creyente, como la reina Sofía. Y aunque ha roto con su familia y su matrimonio, continúa apoyándose en la religión y en el terreno espiritual que también atrapa a la emérita y a su hermana Irene.
La religión ayudó a Iñaki Urdangarin a cambiar de vida
En la cárcel rezaba y escribió sus memorias, se confesó todas las semanas. En prisión no le faltó de nada. El exjugador de balonmano tenía toda la cárcel para él. Estaba en una cárcel de mujeres, y él ocupaba un módulo para él solo. Era como un loft, podía escoger cualquiera de las estancias. Tenía gimnasio, piscina, biblioteca, todo tipo de comodidades, pero aún así no era feliz porque estaba solo, sin hablar con nadie, más allá del cura que le visitaba. Según Gay, “Urdangarin cayó en una especie de depresión psicológica por vivir solo durante dos años y medio”. Así lo confirmaba en su libro Nacho Gay, que escribía que él “nunca tuvo un vis a vis con la infanta Cristina. Urdangarin no pisó un locutorio jamás, porque él recibía las visitas en su sala de estar. Pero en esos dos años y medio que estuvo en la cárcel, no solicitaron ni un solo vis a vis”.
Nacho Gay también relata en su libro que cuando Iñaki Urdangarin “llega a prisión, pide ayuda espiritual. El capellán de la prisión lo empieza a tratar y él le lleva un documento con una serie de cosas escritas que le preocupan mucho. Una de ellas es el matrimonio. Él le va contando todos los problemas que va teniendo en ese matrimonio, porque ya no venía en un buen momento. Esa relación se va rompiendo con el tiempo en la cárcel”.
Al parecer, fue entonces cuando el exjugador de balonmano se dio cuenta de que “quería iniciar una nueva vida” y romper “con todo lo anterior”, incluyendo su matrimonio con la infanta Cristina.
