Sin lugar a dudas, Iñaki Urdangarín es uno de los miembros de la familia real que mejor se lo ha montado. El ex jugador de balonmano, a pesar de haber pasado varios malos momentos, encara ahora una nueva vida junto a un nuevo amor y en la que no tendrá que volver a trabajar jamás. Iñaki y Ainhoa Armentia, su nueva pareja, tienen la vida solucionada. Urdangarin ha sabido jugar muy bien sus cartas.
Después de pasar un tiempo a la sombra por su implicación en el Caso Nóos, Urdangarin se ha movido como pez en el agua para dar un giro de 180 grados a su vida. Como decíamos, se echó una nueva novia y ahora se encuentra a la espera de obtener el divorcio definitivo de la infanta Cristina, además del dinero que ha exigido a la familia real. Es decir, además de rico, podrá alejarse de la familia real y quedará lejos del foco de la prensa.
Iñaki Urdangarin no tendrá que trabajar nunca más
Porque cuando Urdangarin estaba en prisión aprovechó el tiempo para escribir unas memorias que hoy en día están muy cotizadas. Revelan secretos y nombres relacionados con ellos de personas muy importantes del país. Informaciones que dejarían por los suelos a Juan Carlos y a muchos de sus amiguetes. Y ha sabido vender muy bien su silencio.
Según han señalado varias fuentes, la oferta que tenía sobre la mesa por publicarlas era muy suculenta, pero más lo ha sido lo que le ha sacado a la infanta y al emérito Juan Carlos. Un sueldo de 25.000 euros mensuales de forma vitalicia además de un pago de unos 2 millones de euros. Una cantidad que se ha comprometido a pagar el padre de Felipe VI para quitárselo de en medio y asegurar su silencio.
Urdangarin rechazó un sueldo de 200.000 euros
Como decíamos, Urdangarin ha jugado muy bien sus cartas. De hecho, lleva mucho tiempo preparando la jugada. Porque según publicó Informalia en su momento, Corinna Larsen tenía muy buena relación con Iñaki. Lo llamaba “mi chico de oro”. Y le ofreció un trabajo en la Fundación Laureus con un sueldo de 200.000 euros.
Una buenísima oferta que el ex jugador de balonmano rechazó. No estaba en sus planes ponerse a trabajar. Tenía un as en la manga en forma de memorias al que le ha sabido sacar muy buen partido.