Iñaki Urdangarin lleva dos días en la prisión de Brieva, Ávila, cumpliendo una condena de más de cinco años de prisión. Un habitual entre barrotes, el ex banquero Mario Conde, ya le hizo diez recomendaciones para que los muros de la prisión no se le caigan encima. Entre el decálogo, lo más curioso fue que se duchara con agua fría y que renunciara a tener vis a vis con la infanta Cristina "en una cama por donde pasa todo el mundo y con los vigilantes con el reloj al otro lado de la puerta".
Ignoramos si el ex Duque de Palma hará caso. Pero lo que él piensa hacer para no venirse abajo no tiene nada que ver con cuestiones carnales. Según explica Pilar Eyre en las páginas de Lecturas, Urdangarin se cogerá como un clavo ardiente a su fe. En la religión encontrará su refugio y prueba de eso es lo primero que preguntó el cuñado del rey Felipe cuando ingresó en el centro penitenciario: "¿Cuándo hay servicios religiosos?". Y es que una de las razones que hicieron decidirlo para ingresar en esta prisión y no en otra fue la oferta de servicios religiosos que hay en Brieva. Allí, el asesor espiritual es José María Fernández Martos, un sacerdote que lleva treinta años yendo de prisión en prisión para disculpar delitos, faltas y arrepentimientos.
A Urdangarin le comunicaron que cada domingo estará el padre José María para dar misa, pero si lo necesitara antes de que acabe la semana, en cualquier momento puede ser avisado para consolarlo. Tanto él como la infanta Cristina tienen un círculo íntimo que pertenece al Opus Dei y que les han servido de consuelo. De hecho, una de estas personas próximas a la Obra le ha reconocido a Eyre que el matrimonio "reza cada día el rosario, esta fe les ha mantenido unidos y les ha preparado para afrontar el largo calvario que ofrecen a Dios por el bien de sus hijos".
Habituales de la iglesia de San Odón, en el Paseo Manuel Girona de Barcelona, los ex duques siempre han rezado con profundo convencimiento religioso y han comulgado con unción. Incluso, los escoltas de la pareja también entraban en la iglesia a seguir el oficio. En su celda en Brieva, Urdangarin tiene colocadas las fotografías de sus hijos, de la infanta Cristina, de sus hermanos -los suyos, no Felipe ni Elena-. Pero también tiene colgada una imagen religiosa, la de la virgen Blanca, patrona de Vitoria, que le dio su madre cuando era pequeño. Con las fotografías, un rosario.