Iñaki Urdangarin tenía muy buena relación con todos los Borbón, pero su relación con Ainhoa Armentia ha hecho que pierda todos los apoyos. Fue el yerno y el cuñado más querido. El exjugador de balonmano se ganó el corazón de la infanta Cristina y el de toda la familia, pero una vez que terminó en prisión y empezaron todos los problemas en su matrimonio con un evidente distanciamiento, todo cambió. La reina Sofía visitaba al exduque de Palma casi todas las semanas hasta que sus visitas fueron desapareciendo, igual que las de su hija.
Hace tres años que Iñaki Urdangarin decidió dar un vuelco de 180 grados a su vida separándose de la infanta Cristina e iniciando una relación con Ainhoa Armentia, su actual pareja. El exjugador de balonmano está muy enamorado y pretende incluso casarse. Humilló a la madre de sus hijos con una infidelidad que salió en todos los medios de comunicación y eso es algo que nadie de la familia le perdona, a partir de ese momento todos dejaron de tener relación con él, a excepción del emérito, que es quien le hace las transacciones de 25.000 euros todos los meses.
La infanta Elena no perdona la infidelidad a su hermana Cristina
Iñaki Urdangarin tenía buena relación con Letizia, con la reina Sofía, pero también con la infanta Elena, tal vez con quien menos se le había relacionado. La hija mayor de Juan Carlos I acompañó al exjugador de balonmano en muchos momentos importantes y duros de su vida, por ejemplo, durmió en su casa la noche de antes de ingresar en prisión, una noche que pasaron ambos despiertos hablando sin parar.
La infanta Elena tiene el carácter de Juan Carlos I, pero para algunas cosas también las creencias de la reina Sofía. Por encima de todas las cosas estaba la familia, por ello arropaba a Iñaki Urdangarin, era su cuñado y tenía que ayudar a su hermana, quien estaba viviendo un momento muy complicado.
Cuando el exduque de Palma fue infiel a la madre de sus hijos ya no hubo perdón. En el momento en que Cristina anunció la separación, la infanta Elena terminó cualquier tipo de relación con Iñaki. “Es una mujer de carácter, de la que mejor estar lejos si se enfada, así que cuando pasó todo…”, dicen escuetos. Y eso que la relación entre ambos era muy estrecha. Ya no puede ni verle, como le sucedió con Jaime de Marichalar.
La infanta Elena se mantuvo al lado de la familia desde que estalló el caso Nóos, viajó con ellos a Washington para ayudarles a instalarse, y se quedaba en varias ocasiones en Ginebra.