No es que sea precisamente ningún secreto que Iñaki Urdangarin ha sido uno de los nombres que más daño ha hecho a la casa real española en los últimos años. Y es que, si bien es cierto que durante mucho tiempo el exmarido de la infanta Cristina contaba con muy buena prensa y eran muchos los que aseguraban que era el yerno perfecto para Juan Carlos I y Sofía, cuando empezaron sus líos judiciales toda esa imagen cayó en picado, hasta el punto de convertirse en un verdadero problema para la institución.

Como no podía ser de otra forma, sobre todo cuando se supo la culpabilidad de Urdangarin por los cargos por los que había sido juzgado, tanto él como su familia desaparecieron de Zarzuela y de la agenda de la casa real, intentando por parte de la institución evitar al máximo cualquier tipo de lío en este sentido.

Sin embargo, por mucho que hayan pasado ya unos cuantos años desde que Urdangarin cumplió su condena, Iñaki sigue siendo un verdadero dolor de cabeza para la casa real, sobre todo teniendo en cuenta las negociaciones de su reciente divorcio con la infanta Cristina.

Iñaki sabe que tiene la sartén por el mango

Y es que no es que sea ningún secreto que, cuando las negciaciones del divorcio empezaron, Iñaki dejó muy claro que su principal objetivo era lograr el máximo dinero posible a cambio de no revelar ni hablar de todo lo que había vivido durante muchos años formando parte de la casa real, entre ellos muchos secretos de cama tanto de Juan Carlos I así como de los actuales reyes, Felipe y Letizia, de los que conoce muchos secretos que muy pocos conocen.

Iñaki Urdangarin y Felipe VI

En este sentido, teniendo en cuenta que Cristina estaba tremendamente molesta con la actitud de su marido, le dejó muy claro que no iba a lograr su objetivo. Sin embargo, no fue otro que Juan Carlos I el que, consciente de que lo mejor tanto para él como para la inmensa mayoría de la familia era que recibiera todo el dinero que quisiera pero que eso implicará un silencio por su parte, le dejó muy claro a su hija que lo mejor que podía hacer era cumplir con las exigencias de Urdangarin.

No es casualidad entonces que ahora Iñaki esté disfrutando del excelente pacto económico al que llegó con una infanta Cristina que, por mucho que esté dolida, sabe que hay cosas que es mejor que no vean la luz.