Los movimientos de Juan Carlos son cuanto menos misteriosos, pero tienen una explicación muy clara. Tras el cumpleaños de Leonor, al no dejarle pernoctar en Zarzuela, el emérito puso rumbo a Londres, donde permaneció las próximas tres semanas. Fue el pasado lunes cuando se desplazó a Sanxenxo para participar en las regatas celebradas durante el fin de semana. Se hospedó una vez más en la casa de su íntimo amigo Pedro Campos. Sin embargo, en su ruta marcada hizo un aterrizaje en Vitoria, públicamente para acudir a una revisión médica. Sin embargo, la realidad es muy distinta. El exmonarca se reunía en la más absoluta discreción con Iñaki Urdangarin. Una reunión de la que no existen fotografías, pero se ha producido.
Juan Carlos es quien está haciendo de mediador entre Iñaki Urdangarin y Cristina de Borbón para que se ponga fin de una vez por todas al famoso divorcio. Han pasado ya dos años desde la ruptura y todavía no han llegado a un acuerdo satisfactorio para ambas partes. Cuando estaba a punto de firmarse, la infanta puso una nueva cláusula para comprobar si realmente su todavía marido estaba enamorado de Ainhoa Armentia o solo quería hacerse millonario a costa del apellido Borbón. Si se casa con la abogada perdería todos los beneficios y debería devolver los dos millones de euros en concepto de indemnización. El exduque de Palma no estaba dispuesto a firmar eso.
Juan Carlos negocia las condiciones del divorcio con Iñaki Urdangarin
El emérito ha intentado llegar a un acuerdo con su hija que también ha propuesto a Iñaki. Estuvieron reunidos varias horas y prometieron volverse a ver esta semana, un encuentro que ya se ha producido, tal y como informa ‘El Español’. El pasado domingo abandonó Vigo a las 11:30 de la mañana para hacer escala una vez más en Vitoria. Se vuelve a justificar este aterrizaje con una visita médica, pero todo el mundo sabe quién vive en esa ciudad.
Juan Carlos I quiere poner solución al divorcio para que Iñaki Urdangarin no siga amenazando a la corona con romper su silencio. Uno de los que saldría más perjudicado es el emérito. Felipe VI usa a su padre para llegar a un acuerdo con el exduque de Palma. Él tiene más contacto y sabe como poder convencerle. No obstante, en esta ocasión Iñaki no piensa aceptar nada que se salga de la legalidad. No quiere más problemas con la justicia. Tampoco piensa regalar ni un solo euro. El marido de la infanta Cristina consideró que pagó por los errores de todos para demostrar a la ciudadanía que la justicia es igual para todos, pero se podría haber librado de ella.
Iñaki Urdangarin y Juan Carlos se han reunido durante unos 50 minutos y parece que podrían haber llegado a un acuerdo. El divorcio estaría a un paso. La última palabra es para la infanta Cristina.