Iñaki Urdangarin ha sufrido episodios muy duros cuando fue juzgado por el caso Nóos. El exduque de Palma fue condenado a seis años y tres meses de prisión por prevaricación, malversación, fraude y tráfico de influencia, aunque finalmente el Tribunal Supremo decidió rebajar en cinco meses la sentencia. La infanta Cristina también se sentó en el banquillo de los acusados, aunque el único culpable fue su marido. Juan Carlos I no lo salvó, tenía que pagar un castigo para demostrar a la ciudadania que la justicia es igual para todos, y de esta forma salvarla. El emérito le prometió que le recompensaría económicamente.
El exjugador de balonmano habría ingresado dos millones de euros en concepto de indemnización por un libro que una conocida editorial le ofreció escribir y al que renunció, y 25.000 euros mensuales de por vida, que ahora mismo le pagaría Juan Carlos I mediante transacciones desde Suiza, pero que en un futuro será la infanta Cristina quien continuará con los pagos hasta el fin de sus días.
Sin embargo, esa abultada cifra de dinero no cubre todos los problemas de salud mental que ha sufrido en la cárcel, nadie le va a devolver esos duros años encerrado entre rejas, aunque es cierto que no como cualquier otro recluso. Ingresó en una prisión de mujeres, en la cárcel de Brieva, en un módulo destinado a hombres, pero era el único interno. Estaba solo en una habitación que contaba con todas las comodidades, como una cama King Size, y baño privado. Gimnasio, piscina olímpica, sala de cine, biblioteca y acceso a internet y teléfono móvil. No obstante, Iñaki aún se trata de un trastorno mental severo por haber permanecido encerrado todos esos años. Siente el estigma social y le cuesta mucho relacionarse, cuando él siempre ha sido una persona muy abierta.
Ainhoa Armentia desconfía de Iñaki Urdangarin por la infanta Cristina
Pero no es el único problema de Iñaki Urdangarin por el que es tratado. Desde que empezó su relación con Ainhoa Armentia, el exjugador de balonmano está intentando cambiar para no fallarla como a la infanta Cristina. Aunque nunca se ha confirmado, siempre se ha hablado de infidelidad. Ha sido un hombre muy atractivo, jugador de balonmano, famoso, y muy seductor.
"Iñaki mide mucho sus movimientos porque sigue viviendo bajo la sombra de la infanta y de la Casa Real y, en el fondo, sabe que siempre lo estará, ya que tiene un vínculo que le unirá a ella de por vida: sus hijos", apunta la psicóloga Lara Ferreiro a ‘Lecturas’.
Ainhoa Armentia tendría miedo porque su relación con Iñaki nació de la infidelidad. "Con este historial de presunto infiel crónico, es muy difícil que Ainhoa confíe plenamente en él, y estas dudas y sospechas pueden ponerla en una situación constante de desconfianza, celos y paranoias", recalca Ferreiro a 'Lecturas'.