Iñaki Urdangarin es un hombre totalmente nuevo, desde que se anunció su divorcio con la infanta Cristina, la prensa prácticamente no habla de él, y esa era una de sus peticiones, volver a ser una persona totalmente anónima. Se ha alejado del foco mediático al lado de su nuevo amor, Ainhoa Armentia. El exduque y la abogada están muy enamorados y ya han dado pequeños pasos en firme para consolidar su relación. Se cree que en un futuro no muy lejano ambos podrían casarse de nuevo para facilitar las cosas en caso de defunción. Tienen muy claro que lo suyo es para siempre. Al principio de la relación nadie apostaba por ellos, pero están cerca de cumplir los tres años de noviazgo.
Mientras Iñaki se encontraba en el proceso de divorcio, no daban ningún paso en falso. El exduque y la abogada se veían fuera de sus casas, él vivía con su madre y ella con sus hijos adolescentes. Desde que han firmado el divorcio, el exjugador de balonmano se ha ido a vivir con su pareja a la casa que alquilaron con opción a compra en una prestigiosa urbanización de Vitoria. Allí también viven los hijos de ella que ya han aparcado sus diferencias con Urdangarin. Especialmente el más pequeño está muy unido a Iñaki. Sin embargo, con los hijos de él no sucede lo mismo. Parece que Juan, Pablo, Miguel e Irene no van a traicionar a la infanta Cristina, quien está muy dolida con la ruptura.
Iñaki Urdangarin se hace de oro con Juan Carlos I
En estos dos últimos años Iñaki ha cultivado su amor y ha luchado por conseguir unas buenas condiciones en su divorcio. La intención del exduque de Palma era vivir a cuerpo de rey gracias a su ingreso en prisión. La ciudadanía estaba muy molesta con la corona por las últimas polémicas, por este motivo se obligó al marido de la infanta Cristina a declararse culpable del caso Nóos, no podían salvarle. Aceptó resignado pagar ese alto precio, pero se vengaría en el futuro, y ese momento ha llegado.
Iñaki Urdangarin no piensa trabajar nunca más, le basta con el dinero que recibe por parte de Juan Carlos I debido al divorcio con la infanta Cristina. Se dijo que quería encontrar un trabajo a su medida para sentirse realizado, también que había iniciado un proyecto con Ainhoa Armentia, pero era todo mentira. El exduque no trabaja ni tiene intenciones. Se ha jubilado gracias a una pensión vitalicia. El exjugador de balonmano ingresa 50.000 euros mensuales de por vida y dos millones de euros en concepto de indemnización por el libro que le ofrecieron y al que renunció.