El reloj va descontando las horas, minutos y segundos para que Iñaki Urdangarin sea oficialmente un hombre divorciado. Se supone que al volver de las vacaciones de verano tendrá que firmar los papeles que ponen punto y final a su relación con Cristina de Borbón, un cuento de príncipes y princesas que ha acabado como el rosario de la Aurora. Corrupción, cárcel, rechazo familiar, infidelidades y una exclusiva que hizo saltar todo por los aires: el vasco de la mano de una compañera de trabajo en una playa del País Vasco francés, la famosa Ainhoa Armentia. La tormenta ha pasado y la vida del exduque vuelve a recuperar cierta normalidad. Bueno, normalidad. Ser Iñaki no es demasiado normal, no.

Iñaki y Cristina firmarán pronto el divorcio / EuropaPress
Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia / La Sexta

No se sabe si Urdangarin y Armentia siguen juntos o todo ha acabado: hay rumores de todo tipo que dicen una cosa y la contraria. Lo que es bien cierto es que no hemos vuelto a verlos juntos, y eso es un detalle que no es menor. Donde sí que lo vemos a menudo es ligado a su pasado preborbónico. Es decir, al balonmano y al Barça, el club donde se convirtió en un icono deportivo, retirando incluso su dorsal. Tiene grandes y buenos amigos en el club culé, que le ayudan siempre que lo necesita: lo hicieron fichando a su hijo Pablo, y está pasando lo mismo con su rehabilitación posterior a la prisión y la deslealtad. El vasco quiere ser entrenador, y qué mejor que aprender en el potentísimo equipo catalán. Iñaki le debe mucho al F.C.Barcelona, puede sentirse muy agradecido.

Iñaki Urdangarín fue un mito deportivo del Barça / GTRES
Iñaki, orgulloso fan de su hijo Pablo Urdangarin / GTRES

El calor de la entidad azulgrana le está yendo muy bien al yerno y aprendiz de Juan Carlos I. Ahora sonríe bastante, con ganas, no tiene la cara de lástima que se había convertido en su compañera inseparable. Mira al futuro con optimismo, porque mucho peor de lo que le ha ido, difícil. Por eso el aire fresco que supone tener de padrino al Barça es el mejor bálsamo. Y lo pudimos comprobar el sábado durante una retransmisión deportiva: de repente Iñaki Urdangarin reaparecía en la televisión. Lo hacía sonriente, de buen humor, y muy bailongo. Con personajes tan importantes como Joan Laporta o Enric Masip a su lado. La escena tuvo lugar durante la semifinal de la Final Four de la Champions que se disputó en Colonia, y en la que el Barça superó al Kiel por 34-30 en un gran partido. Durante un tiempo muerto, la realización mantuvo la imagen de estas localidades, e Iñaki chupaba cámara totalmente. Y de qué manera.

El Barça ganó en la semifinal de la Champions de balonmano / EFE
Iñaki Urdangarin, Joan Laporta y Enric Masip en la semifinal de Champions/ TV3
El 'bailecito' de Iñaki Urdangarin en el palco con Joan Laporta y Enric Masip / TV3

Pletórico, radiante, bromista. Sin ningún vestigio de preocupación ni desazón en su rictus, vaya. Un hombre feliz y renacido, cuando menos durante los 60 minutos que dura un partido de balonmano. Era un aficionado más disfrutando de la victoria culé. Con privilegios, claro: sentado en una zona VIP y, al acabar el encuentro, chocando las manos con todos los jugadores de la plantilla. Vaya, cómo le pasa a las estrellas retiradas del club, pero con una diferencia: no todos han pasado por la cárcel por corruptos ni tienen como cuñado al rey de España. Así es Urdanga. Nunca pasa desapercibido.

Puedes ver el momento aquí (1h:12'10):

Iñaki Urdangarin, un aficionado culé en Colonia / TV3

Esta tarde, a partir de las 18:00, Iñaki tiene una nueva cita con el deporte, el Barça y el público. Si los culés levantan el undécimo título continental contra el Kielce, vete a saber qué hará Urdangarin. Lo vemos desatado. Quizás se marca un Gaspart tirándose al Támesis, pero en versión germánica.