El 6 de noviembre del 2023, aparecían ante los medios dos personas que parecían enamoradísimas la una de la otra. Guapos, bien vestidos, cómplices y el uno al lado del otro, el entonces príncipe Felipe y la periodista Letizia Ortiz comparecían para hacer un anuncio, el de que estaban prometidos, el de que el hijo de los reyes se casaría con esta presentadora asturiana. Empieza ella a hablar y decir qué pasaría con su trabajo: "A partir de hoy, queda claro que es un punto y aparte en la labor que he venido siguiendo hasta ahora, aunque sería deseable que fuera de forma gradual mi desvinculación de TVE, no inmediata. Está claro que a partir de ahora y de forma progresiva voy a integrarme en esta nueva vida con las responsabilidades que conlleva y con el apoyo y cariño de...”, momento en el que Felipe intenta decir alguna cosa, y no parecer un pasmarote sin voz ni voto. Pero el intento del Borbón no es exitoso. Solo abrir la boca, ella verbaliza dos palabras que han pasado a la historia: "...déjame terminar". Puedes recordar el momento a partir del minuto 2'30":
Felipe ríe, sin ser consciente de la que le venía encima. Letizia cortaba y corta el bacalao en Zarzuela. Letizia habla cuando quiere y dirige el cotarro. Letizia marca el tempo de las intervenciones en su presencia. De las de su marido y de las de cualquiera que acabe de conocer. Ella dice cuándo la gente habla. Y cuándo habla ella. Unos dirán que es deformación profesional. Otros, que le gusta tener la sartén por el mango y se impacienta si ella no dice lo que quiere cuando lo quiere. Y ahora hemos vuelto a tener una prueba fehaciente en su último viaje de cooperación internacional. Una visita a Guatemala, chaleco rojo que no falte, según la gran Pilar Eyre, "Ha ido mal calzada, con bambas que parece descalza y un podólogo me ha dicho que le dolerán. Lo del chaleco merece explicar desde cuándo y por qué lo lleva. Ha hecho 9 viajes de cooperación desde que es reina. Al principio iba vestida con trajes normales, bonitos, con bordados de ese país, por ejemplo en Senegal o República Dominicana con un vestido de flores muy bonito. Se hablaba de su ropa y a ella no le gustaba porque hacía viajes muy serios con una agenda muy bien planificada y quería marcar distancias con la reina Sofía: nosotros vamos aquí a trabajar. El primer año que llevó el chaleco fue en Honduras en 2020. En Paraguay en 2022 pasó que una diputada protestó porque según ella Letizia iba mal vestida a ver a su país, era una falta de educación visitar ese país y no ponerse ropa bonita. Era como ir a dar caridad a los pobres, dijo la diputada. Pero Letizia es hábil y los chalecos los hacía una fábrica artesanal de cada país que visitaba por 19 euros, para ayudar a la economía".
Letizia ha visitado diferentes instalaciones y centros de formación, ha charlado con diferentes representantes y ciudadanos de aquel país... y ha recordado en estos encuentros su pasado como periodista. Pero una periodista impaciente, que corta a los invitados y que a la mínima que puede, mete baza. Es lo que ha pasado en estas imágenes. Un vecino de una zona que ha visitado está dando las gracias a la colaboración y a lo que se está haciendo allí. Un momento emotivo para el hombre, emocionado con la ayuda ante cámaras. Letizia a su lado va asintiendo con la cabeza, hasta que no puede más y le corta para decir un dato, como si el hombre no dijera lo que ella quería que dijera. Él le da la razón, y cuando coge el hilo, ella, casi ya ni se le escucha, se gira, dice "muy bien, muchas gracias" y pone cara de que ya tendríamos que ir acabando el discurso de agradecimiento. Se ha fijado la experta en imagen y colaboradora de TV3, en el Tot es mou, Patrycia Centeno. La red, harta de una imagen que se repite y se repite:
Letizia, haciendo de Letizia una vez más. No lo puede evitar, es como el cuento aquel del escorpión y la rana.