Las historias de la Casa Real son un misterio. Mantienen todo bajo llave encerrado entre cuatro paredes. Las únicas curiosidades que conocemos al respecto vienen de la mano de Jaime Peñafiel, mano derecha del rey emérito durante muchos años, y de Pilar Eyre, periodista experta en Casa Real. Mucho se ha hablado de las manías de la reina Letizia o sus desencuentros con Doña Sofía. Ahora también se habla de las más pequeñas, especialmente de la princesa Leonor, quien podría convertirse en reina en el futuro, aunque es algo dudoso, ya que la monarquía ha perdido un gran seguimiento en España. Felipe VI está haciendo todo lo posible para reconducirla.
Jaime Peñafiel habló hace unos años de la princesa Leonor. Desveló en su columna semanal del medio LOC que la joven no se iba a llamar Leonor. Cuando que fue la reina Letizia quien se interpuso para llamar a su primera hija Leonor. Realmente, si el heredero al trono era una niña tenía que llamarse Sofía, como la reina emérita. Eran los deseos de Felipe VI. Finalmente fue la segunda niña quien llevó ese nombre.
La Reina Letizia quería apartar a los Borbones
Según Jaime Peñafiel, Felipe VI considera que su madre ha ejercido mejor de reina que su padre de rey. Escribe Peñafiel: "Ahora se ha sabido que Leonor iba a llamarse Sofía pero Letizia no quería saber nada de que su primogénita llevara el nombre de su suegra. Ya apuntaba malas maneras”. Esto ya señaló la tensa relación existente entre Doña Sofía y la reina Letizia.
Otra curiosidad, aunque no está clara, es que si el primer hijo hubiese sido niño se hubiera llamado Pelayo. Ese es el nombre que Letizia dijo a algunas personas cercanas para descubrir quien filtraba información de la familia a la prensa. La asturiana quería dejar huella en la corona y apartar a los Borbones de ella, por este motivo impidió que la niña se llamase Sofía. No quería que se repitiese la misma historia.
Echando una vista al pasado, la reina Letizia tenía razón. Los Borbones han sido manchados, juzgados y apartados de la monarquía. Todos han salido salpicados. Los Marichalar, los Urdangarín y por supuesto, el rey emérito.
La reina Letizia pone las cartas sobre la mesa en Casa Real y demuestra que ella es quien lleva los pantalones en su relación con Felipe VI. Todas sus decisiones van a misa y el rey solo está como imagen.