El divorcio de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin sigue sin concretarse. A priori está todo atado y preparado para que ambos estampen su firma en los papeles de la separación. Y se esperaba que fuera inminente después del encuentro que mantuvieron ambos con el rey emérito Juan Carlos I en Ginebra, con motivo de la fiesta de graduación de Irene Urdangarin. Aquel día pudieron cerrar los flecos sueltos y dejarlo todo listo para sentencia. Sin embargo, el asunto sigue en stand by.
Y mientras Urdangarin espera que Cristina firme para poder empezar a cobrar el sueldo vitalicio de 25.000 euros que ha exigido en la separación y hacer su vida libremente junto a Ainhoa Armentia, la infanta ya ha planeado sus vacaciones de verano.
La infanta Cristina organiza sus vacaciones
Por un lado, tiene previsto acudir a Marivent unos días para hacer compañía a su madre, la reina emérita Sofía. La ex monarca se instalará en Mallorca el 15 de julio y será el miembro de la familia real que más tiempo pasará en la isla balear.
Tras visitar a su madre, Cristina volará hacia Abu Dabi, donde pasará unos días con su padre, el rey emérito Juan Carlos I, siguiendo la agenda del año pasado, cuando también estuvo unos días en los Emiratos Árabes. Ajustará los días a la agenda de su padre, que tiene previsto viajar a Inglaterra para participar en la final mundial de la categoría 6M en las regatas de la isla de Wright en la que está inscrito.
Con amigos, pero sin esa ‘persona especial’
El resto de días los pasará en Barcelona y alrededores junto a sus amigos. Entre ellos, no obstante, no estará el amigo especial que algunas fuentes le han atribuido en los últimos meses. Lo hizo Pilar Eyre. "La infanta Cristina está más guapa que nunca y sonríe como hace tiempo que no la veíamos. Quizás no esté así solo por sus hijos…”, deslizó la periodista especializada en la casa real el pasado mes de abril.