El pasado 19 de enero, una bomba informativa sacudió las revistas del corazón y la opinión pública en España. Todo el mundo hablaba de la exclusiva de la revista Lecturas, unas fotografías de Iñaki Urdangarin paseando cerca del mar cogido de la mano de una rubia... que no era su mujer, la infanta Cristina.
Las imágenes del todavía cuñado de los reyes paseando como si nada con una colega del bufete donde trabaja, Ainhoa Armentia, en una escapada a Francia abrieron la caja de los truenos y provocaron un descalabro en Zarzuela y en todas partes. Era la constatación de que se Nóos rompió el amor de tanto usarlo.
Todo el mundo buscando reacciones de hijos, hermanos y suegros. Todo el mundo buscando qué hace y cómo lo ha asumido la infanta Cristina. De momento, las cámaras la pillaron en Ginebra cargando bolsas del súper con dos escoltas que no la ayudan, cabizbaja y despeinada. Un cuadro.
Una foto del 24 de enero a las 8 de la tarde. La voz en off de Telecinco cargando las tintas: "Aparece más delgada, afligida. Aunque aparece de espaldas su cara era la viva estampa de la amargura, una mirada llena de pena, según afirma el que le hizo la foto. Coge una bolsa con tuppers con comida para llevar. Es lunes, camino de su casa con sus escoltas. Uno de ellos frenó en seco y preguntó al peatón si trabaja para un medio de comunicación. Es la imagen más buscada del momento".
Después de esto, faltaba la primera imagen de cara de la infanta. La hija de Juan Carlos ha viajado hacia Abu Dhabi buscando el ala de papi dónde cobijarse después de la tormenta y de los cuernos de su marido, aunque algunos medios aseguran que la relación extramatrimonial de Urdangarin viene de lejos, del pasado septiembre, y que la infanta ya lo sabía.
Y en este viaje a los Emiratos Árabes a ver a su padre, por fin la hemos visto. La ha cazado la revista ¡Hola! en el aeropuerto, con una maleta, "sola, triste (aun detrás de la mascarilla y de las gafas de lectura), visiblemente más delgada, tirando de su maleta, pendiente de su teléfono…".
Un detalle, sin embargo, ha llamado la atención de la publicación: "Pero, eso sí, llevando en su mano izquierda la alianza que le puso Iñaki aquel 4 de octubre de 1997, cuando, hace veinticuatro años, se prometieron amor eterno ante Reyes y príncipes de toda Europa".
La infanta Cristina todavía con el anillo de casada puesto, la prueba fehaciente que a pesar del dolor que le ha provocado ver a su marido con otra mujer, ella todavía no se lo ha quitado y lo ha lanzado al mar.
La pregunta es: ¿hasta cuándo lo llevará puesto?