La infanta Cristina siempre había estado muy orgullosa de sus cuatro hijos. Letizia también. Aunque se distanciaron tras la explosión del caso Nóos y el ingreso en prisión de Iñaki Urdangarin, mantenían un contacto muy estrecho. En el funeral de Constantino de Grecia, la reina guiñó un ojo a Pablo y Juan. Sin embargo, ha mostrado su desilusión ante Irene Urdangarin.
La más pequeña de los Urdangarin se instaló en Zarzuela el pasado mes de octubre, pero ni tan siquiera un mes ha durado en el palacio. Se ha marchado de nuevo a Ginebra con su madre tras un aviso de los reyes. Irene estaba protagonizando noticias prácticamente todos los días. No podían consentir tener en la familia una nueva Victoria Federica, y en parte la culpa es de la propia influencer. Ambas jóvenes son muy amigas y la hija de la infanta Elena no ha desaprovechado la ocasión de tener a su prima favorita tan cerca. Le presentó a su grupo de amigos y los locales de moda de la capital. De fiesta en fiesta y tiró porque me toca, así vivieron las últimas semanas Irene y Victoria. Las jóvenes llegaban a Zarzuela a altas horas de la madrugada y algo avispadas. Letizia recibía el aviso y lo ponía en conocimiento de Felipe y Cristina.
La complicada época que vivió Irene Urdangarin con el divorcio de sus padres
Irene Urdangarin se enfrenta a una época complicada. Tal y como desvelaron varios medios de comunicación, la hermana de Pablo, Juan y Miguel sufrió mucho por la ruptura de sus padres. Era la única que vivía en Ginebra con la infanta Cristina y la vio llorar en numerosas ocasiones. Durante un tiempo ni tan siquiera habló con Iñaki Urdangarin. Esto le pasó factura en sus estudios, se volvió una adolescente más rebelde. Su rendimiento académico bajo considerablemente, incluso llegaba a ausentarse de muchas de las clases.
La infanta Cristina recibió un aviso por parte de la dirección de la institución, si continuaba así deberían expulsarla por comportamiento inaceptable. La hija de Juan Carlos nunca había recibido un aviso de estas características de ninguno de sus hijos. Se sintió avergonzada. Por este motivo, ordenó a su hija que se pusiese las pilas. Irene aprobó finalmente bachillerato internacional, pero lógicamente no consiguió la nota necesaria para entrar a la prestigiosa universidad de Lausana, donde pretendía estudiar Administración y Dirección Hotelera. El pasado verano realizó las dos semanas de prácticas obligatorias, pero no pasó las pruebas de acceso y se quedó sin plaza.
Fuentes cercanas a la familia han desmentido esas informaciones, pero lo cierto es que Irene Urdangarin se ha tomado misteriosamente un año sabático.