Los hijos de la infanta Cristina no son tan perfectos como ella misma ha hecho creer todo este tiempo. Al ser menores de edad podía controlarlos, pero ahora están descubriendo su verdadera personalidad, y no puede hacer nada porque cada uno vive en una ciudad diferente. Esa es la gran suerte, los medios de comunicación no pueden seguir todos sus pasos y pueden pasar desapercibidos. Pablo está en Barcelona, Juan en Madrid, Pablo en Londres e Irene en Suiza con su madre, aunque ahora mismo está realizando un voluntariado en Camboya.

Precisamente, la benjamina de la familia ha sido la oveja negra de todos ellos. Pablo estudia en la universidad y a la vez juega en el equipo de balonmano del Granollers, Miguel estudió ciencias del mar, y Juan sería un ejemplo parecido a Irene. Los dos no encuentran su futuro. La pequeña ha decidido seguir los pasos de su hermano mayor, pero realmente no es porque sea solidaria, sino porque no ha logrado su objetivo.

Irene Urdangarin en Camboya

La infanta Cristina ha protegido a Irene. No quería que nadie supiese la verdad. Según fuentes cercanas a la escuela en la que estudió bachillerato internacional, la pequeña de los Urdangarin bajó mucho el nivel en sus estudios, el divorcio de sus padres podría haberle afectado. Su rendimiento era inferior. No prestaba atención y suspendía muchos exámenes, no mostraba interés. Se interesó por la carrera de Administración y Dirección Hotelera, pero su media de bachillerato era muy baja para acceder a una universidad tan exclusiva.

Irene Urdangarin no aprobó las pruebas de ingreso a la universidad 

Lausana obliga a sus alumnos a realizar unas semanas de prácticas antes de iniciar la carrera, además, se deben pasar unas pruebas obligatorias que determinan la nota de corte con previo pago de 500 euros que se pierden aunque no se consiga plaza. Irene Urdangarin realizó las pruebas pero no consiguió entrar, las plazas son limitadas y había muchos compañeros por delante de ella con mejores números. Para no perder el año y no admitir que no es buena estudiante, realizó un voluntariado.

Ahora la infanta Cristina está muy preocupada por el rumbo que pueda tomar su hija pequeña con este año sabático. Se cree que Irene Urdangarin podría seguir los pasos de su prima y amiga Victoria Federica y convertirse en influencer. Sin embargo, no es algo del agrado de su madre. Querría dedicarse a la moda en las redes sociales. “Doña Cristina rechaza cualquier tipo de exposición mediática que pueda dañar la imagen de sus hijos”, confiesan las fuentes. “Conoce bien lo que sufrieron en Barcelona tras estallar el caso Nóos y no quiere que se repita la situación, esta vez en redes”. 

Irene Urdangarin en Camboya