La relación de la infanta Cristina y la familia de Iñaki era perfecta. De hecho, casi la querían más a ella que a él. Sin embargo, con la llegada del divorcio las relaciones se han truncado. La hermana de Felipe VI no está dispuesta a ceder a los chantajes del padre de sus hijos. Tras llegar a un acuerdo económico, éste ha decidido romperlo y pedir más dinero. Se aprovecha de la situación porque sabe demasiadas cosas, pero la hija de Juan Carlos ya no aguanta más humillaciones. Está harta y tiene ganas de pasar página, pero no a cualquier precio.
Iñaki Urdangarin no está conforme con el acuerdo que se firmó en las capitulaciones matrimoniales, ya que la situación a día de hoy es bien distinta. El exduque ha pasado por prisión y es una situación muy desagradable que ha dañado su imagen y no perdona. Pone a Juan Carlos y a Felipe como los culpables de todos sus males. Ambos eran conocedores de la trama Nóos, especialmente el exmonarca. Podría haberle salvado, pero prefirió no hacerlo. La imagen de la corona era más importante. Debía sacrificar un peón para no echar por tierra las cuatro décadas de monarquía en España. Cualquier error se iba a pagar muy caro.
La familia de Urdangarin rompen relaciones con la infanta Cristina
Es Juan Carlos quien ha decidido pagarle todas sus peticiones, pero la infanta, quien tiene la última palabra, se niega en rotundo. Por ahora las negociaciones están en punto muerto. La familia de Iñaki también apoya plenamente al exduque y se han puesto en contra de Cristina, la relación entre ellos cada vez es más tensa.
Ana Urdangarin fue una de las mejores amigas de Cristina, pero ahora no se hablan, la culpa de todos los males que sufre su hermano. La que fuera confidente de la Infanta, informan fuentes muy cercanas a la familia Urdangarin, “se ha convertido al republicanismo y es casi anarquista, odia todo lo que tiene que ver con la familia real, siempre los culpó a ellos y ahora también a Cristina”, declaran a Vanitatis.
Es por este motivo que ningún familia de Iñaki ha querido acudir a la graduación de Irene en Ginebra, todos ellos estaban invitados. Siempre que viajaba a Barcelona, Cristina lo hacía con su hija pequeña, pero en esta ocasión ya no, y es que antes la dejaba en casa de la hermana de Iñaki, pero ahora ya ni se ven. No quieren tener ningún tipo de contacto con un Borbón, y mucho menos con Juan Carlos I.