La infanta Cristina se ha quedado muy sola. Sus planes no han salido como ella esperaba. La hermana de Felipe VI pensó que Irene Urdangarin se quedaría en Suiza cuando años más, ya que la intención de la joven era formarse en la prestigiosa universidad de Lausana, pero debido a su bajo rendimiento escolar no superó las exigentes pruebas de acceso, así que decidió emprender un año sabático en Madrid, con un voluntariado en Camboya. Se instaló en Zarzuela con la reina Sofía, aunque ahora ya reside en Londres donde estudia su carrera universitaria, organización de eventos. En Reino Unido cuenta con el apoyo de Juan Urdangarin, quien en un principio pensaba abandonar e instalarse en Zarzuela como sus hermanos, pero finalmente su madre ha conseguido detenerle. El único que se ha quedado en a capital por ahora es Miguel Urdangarin. Mientras que Pablo es el único que no le da ni un solo problema, aunque su sueño de seguir los pasos de su padre está cada vez más lejos. El joven no logra despuntar en el balonmano y esto le genera mucha frustración.
Cristina se centra en sus hijos y abandona Ginebra
Cristina tiene muchos frentes abiertos ahora que ha recuperado su relación con Felipe VI. Se queda en Ginebra cuando la visita Juan Carlos I, pero el resto del tiempo coge un avión y va de un lado para el otro, su máxima prioridad es estar con sus cuatro hijos y con su madre. Les visita constantemente en Londres, Madrid y Barcelona. De hecho, a la capital catalana acude con regularidad por motivos laborales, ya que continúa vinculada a la Fundación La Caixa.
La hija de la reina Sofía abandona su casa de alquiler en Ginebra. Hace un tiempo que se marchó del centro histórico de Ginebra para encontrar mayor privacidad por las visitas de Juan Carlos. “No quiere que se sepa dónde viven, algo lógico, porque no quiere que la prensa o los desconocidos les persigan -nos dicen desde su entorno-. Se mudaron hace un tiempo, cansados de tener siempre a gente en la puerta”. La casa se encuentra situada cerca del hospital universitario.
Las calles de la zona son mucho más amplias, con más vegetación y protegidas de curiosos. Pero aunque ya no esté tan céntrica continúa contando con todas las comodidades. Paga miles de euros mensuales por esta vivienda, aunque no es un gran problema para Cristina porque suele ser Juan Carlos quien se ocupa de estos gastos, y sino ella misma con sus 400.000 euros anuales de sueldo.