Cristina de Borbón está viviendo unos años muy complicados, primero con la infidelidad de Iñaki Urdangarin y el interminable proceso de divorcio que duró un total de dos interminables años, con la victoria del exduque de Palma. En este último año han sido sus hijos los que se han puesto en el foco mediático provocando un descontento en la infanta. La hija de Juan Carlos I se instaló en Washington para alejarse de España por el caso Nóos y proteger de esta forma a sus hijos, que empezaban a abandonar la niñez para dar la bienvenida a la adolescencia, una de las épocas más complicadas de todo el mundo. Siempre ha intentado mostrar que sus hijos son perfectos, educados y responsables, como mostró Pablo Urdangarin cuando hizo de portavoz de la familia en el divorcio de sus padres, sin embargo, la realidad es muy distinta.
Parece que todos sus hijos se han puesto de acuerdo para tomarse un año sabático. El año pasado, Irene Urdangarin finalizó sus estudios de bachillerato internacional con una nota muy baja, afectada por el divorcio de sus padres, y no superó las pruebas de acceso a la universidad de Lausana, donde pretendía estudiar Administración y Dirección Hotelera. Iba a quedarse cuatro años más en Ginebra con su madre, pero finalmente se marchó a Zarzuela con la reina Sofía, realizó un voluntariado, y se enamoró de Juan Urquijo. Por otro lado, Miguel Urdangarin terminó las prácticas en Ciencias del Mar en una empresa, pero no le renovaron el contrato, por ello también se marchó a Madrid con su hermana Irene. Juan Urdangarin, por alguna extraña razón, quiso seguir el paso de sus hermanos.
Juan Urdangarin acude al psicólogo todas las semanas
La vida de Juan Urdangarin siempre ha sido muy hermética, pero parece que se habría cansado de Reino Unido por algo que le ha sucedido. Ha dejado su trabajo en la empresa ‘Extreme E’, del sobrino de José María Aznar, algo extraño ya que le apasiona el mundo de la automovilística.
La infanta Cristina viajó de urgencia a Reino Unido para frenar sus planes y hacerle entrar en razón, no podía tener otro hijo en Madrid y sin hacer nada. Felipe y Letizia le obligaron a ponerle solución. Juan Urdangarin es el hijo preferido de Cristina y no por ser el mayor, sino porque es quien peor lo pasó cuando estalló el caso Nóos e Iñaki entró en prisión. Hizo de padre para sus tres hermanos y tuvo que soportar insultos a sus padres en plena calle, incluso perdió a sus amigos. Necesitó ayuda psicológica. A día de hoy todavía acude con regularidad al psicólogo.