Estos últimos dos años han sido particularmente difíciles para la infanta Cristina. La hija de los reyes eméritos Juan Carlos I y Sofia ha atravesado dos años de profundo desgaste debido a su divorcio de Iñaki Urdangarin. Un proceso que ha sido una humillación para la infanta. Profundamente enamorada del padre de sus hijos y siempre apostando por él, se ha sentido traicionada. Sobretodo por las fotos de Iñaki y Ainhoa Armentia que confirmaban la infidelidad.

Sin embargo, Cristina ha tenido otro problema en su vida: manejar la complicada adolescencia de su hija Irene Urdangarin. La joven ha tenido que enfrentar situaciones difíciles desde sus 15 años. La encarcelación de su padre, el divorcio… Todo ello ha generado problemas en el día a día de la joven.

Irene Urdangarin

Irene Urdangarin se suma a los problemas de la infanta Cristina

Varios medios de comunicación, tanto nacionales como internacionales, incluido 'Monarquía Digital', han informado que Irene Urdangarin no ha destacado como estudiante. Según este portal, tuvo problemas para aprobar el bachillerato internacional y no pasó las pruebas de acceso a la universidad de Lausana, impidiéndole seguir la carrera de Administración y Dirección Hotelera que deseaba.

Pero los problemas no terminan ahí. Irene ahora está perdida con su futuro. Sin intenciones de ir a la universidad a corto plazo, la joven se plantea ser influencer, siguiendo los pasos de Victoria Federica. Como si esto de ser influencer fuese pan comido y lo pudiera hacer cualquiera. Buena prueba es Vic, que se tiene que conformar con unos pocos miles de seguidores. Gana más dinero por ser quien es que por la admiración que despierta. Además, fuentes revelan que Irene planea irse a vivir con Juan Urquijo.

Victoria Federica i Irene Urdangarin / Instagram

Cristina busca soluciones para enderezar a Irene

Ante este panorama, la infanta Cristina se encuentra ahora en una situación difícil con respecto a Irene. Ha tratado de mantener a su hija ocupada para evitar críticas, siempre buscando preservar una imagen intachable de sus hijos. Pero no encuentra soluciones a los problemas que le genera su hija pequeña. Incluso ha llegado a hablar con Juan Carlos I para que siguiera el ejemplo de Froilán, mudándose a Abu Dabi. No desea una hija que no estudie ni trabaje. Y no puede más viendo que es eso precisamente en lo que va camino de convertirse.