Cristina e Iñaki aparcan sus diferencias para apoyar a sus hijos. El pasado fin de semana se reunieron en Granollers para disfrutar de un partido de balonmano de su hijo Pablo en su recién estrenado equipo. Les acompañaron sus hijos Miguel e Irene, la pareja del jugador, Johanna Zott, y las hermanas y los padres de ésta, consuegros del todavía matrimonio. La celebración continúo por la noche, aunque la infanta prefirió irse a su hotel. Aunque se filtró una fotografía donde saludó y besó en la mejilla al padre de sus hijos, la hija de Juan Carlos continúa sintiéndose humillada y traicionada.
Hace un año que anunciaron su separación, el cese de la convivencia, justo unos días más tarde de la filtración de las fotografías de Iñaki con otra mujer, Ainhoa Armentia. Más de un año después todavía no han firmado el divorcio, no obstante, tras todos estos meses de batallas con sus abogados, el todavía matrimonio podría haber llegado a un acuerdo satisfactorio para ambas partes.
Las peticiones de Iñaki eran demasiado exigentes y Cristina no estaba dispuesta a ceder, básicamente porque ni tan siquiera podía enfrentarse a ellas con su sueldo de 400.000 euros anuales. La situación era cada vez más tensa, pero finalmente han conseguido aparcar sus diferencias para no hacerse más daño. Es momento de cerrar este tormentoso capítulo y que los dos puedan seguir con sus vidas por separado, siempre con sus hijos como nexo de unión.
Iñaki y Cristina llegan a un acuerdo satisfactorio para ambas partes
La infanta Cristina estaba truncando su relación con las hermanas de Iñaki, que siempre había sido excelente. Estaban hartas de tantas disputas y de que el tema no se cerrase de una vez por todas. Así que le lanzaron un ultimátum. Aunque la querían como a una hermana, si tenían que defender a alguien siempre sería a Iñaki. Ellas también creen que el exduque entró en prisión por culpa de Juan Carlos I, así que ven con buenos ojos que ahora le saque todo lo que pueda. Empezaron a culpar a la infanta Cristina de la mala suerte del exjugador de balonmano. Hablaban mal de ella a su círculo de amigos más íntimos, y no son pocos.
Todo su entorno, incluidos sus hijos, les pedían que rebajasen la tensión e intentasen sentarse, hablar las cosas y llegar a un acuerdo satisfactorio para ambas partes sin que ninguno saliese perjudicado más que el otro. Entienden ambas posturas.
Parece que todavía no han firmado el divorcio a falta de arreglar algunos detalles, pero estarían en buen camino. Han arreglado sus diferencias y están dispuestos a dar el paso definitivo. Divorcio inminente.