El relato oficial que circuló en los medios aseguraba que el matrimonio entre la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin se desplomó tras la impactante revelación de su romance con Ainhoa Armentia. Sin embargo, una revelación de Pilar Eyre está reescribiendo por completo la historia. Lejos de ser una esposa traicionada que descubrió la infidelidad a la par que el resto del mundo, Cristina habría dado un paso crucial dos años antes: expulsar a Iñaki de casa y preparar su divorcio en silencio.
La imagen de un Iñaki Urdangarin relajado, paseando de la mano con Ainhoa Armentia en las playas de Bidart en enero de 2022, se vendió como la confirmación de su traición. Sin embargo, fuentes cercanas al entorno de la infanta revelan que su relación ya estaba en crisis antes de que la abogada apareciera en escena. Cristina habría consultado con un abogado de divorcios en 2020, un dato que en su momento se desestimó pero que hoy cobra un nuevo significado.

Fue la periodista Pilar Eyre quien desenterró este dato clave. “Dos años atrás la infanta había ido a visitar a un abogado especializado en divorcios. Se dijo que no era verdad y que el matrimonio iba bien... pero yo sabía que mi información era buena", reveló. Y agregó: "Me llevé un gran disgusto cuando todo el mundo desmintió mi información”. El tiempo terminó dándole la razón. Cristina ya no quería seguir con Urdangarin, pero su imagen de madre devota y esposa leal la obligó a manejar la situación con cautela.
El pacto secreto que salvó las finanzas de Iñaki Urdangarin
Cuando el escándalo estalló, la versión pública mostraba a una Cristina devastada y sorprendida. Sin embargo, la realidad parece ser que la infanta y su entorno llevaban meses negociando el divorcio en silencio. De hecho, se dice que el rey emérito Juan Carlos I intercedió en el acuerdo financiero, exigiendo que Iñaki no recibiera "ni un euro" por haber traicionado a su hija.
A pesar de ello, la versión más extendida indica que Urdangarin logró una pensión de hasta 5.000 euros mensuales, además de pagos extraoficiales que le garantizarían un retiro cómodo. La condición clave: su absoluto silencio sobre los entresijos del divorcio y los secretos de la familia real.
El papel de Ainhoa Armentia: una casualidad conveniente
Si Cristina ya quería separarse desde 2020, la gran pregunta es: ¿qué papel jugó realmente Ainhoa Armentia en esta historia? Algunas voces afirman que fue la excusa perfecta para formalizar la ruptura y que su relación con Iñaki fue tan solo la gota que colmó el vaso. Lo cierto es que, cuando la infanta vio aquellas fotos de su marido con otra mujer, no hubo confrontación, ni escándalos públicos. Todo estaba ya calculado. El matrimonio había terminado mucho antes de lo que nos hicieron creer, y Ainhoa simplemente se convirtió en la justificación perfecta para hacer oficial lo que llevaba tiempo gestándose en privado.

Ahora, con el divorcio firmado y cada uno siguiendo su camino, queda una verdad incómoda sobre la mesa: la narrativa de la infidelidad fue una cortina de humo. El matrimonio de Cristina e Iñaki estaba acabado desde mucho antes, y la verdadera historia de su separación estuvo oculta a plena vista todo este tiempo.