Llega una nueva Navidad, también a Zarzuela. Es un momento de unión familiar, sin embargo, en los Borbón continúa existiendo una importante fractura. Letizia no quiere que Leonor y Sofía tengan relación con los hijos de las infantas Elena y Cristina, ni tan siquiera con sus tías. Por este motivo, con tal de garantizar el futuro reinado de la princesa, la reina obliga a su marido a renunciar a su familia en esta fechas tan señaladas. Hace ya una década que no se ve ninguna imagen de los Borbón al completo.
Felipe y Letizia pasan estos días con Leonor y Sofía, y cuentan con las visitas de Paloma Rocasolano y Marcus Brandler y la reina Sofía e Irene de Grecia. Las infantas Elena y Cristina se reunirán con sus respectivos hijos y con Juan Carlos I. Entre tanto, la ex de Iñaki Urdangarin no estará sola. Por ahora prefiere ser cauta y no exponer a su nueva pareja a la opinión pública, pero su corazón estaría ocupado de nuevo.
Pilar Eyre lo deslizó en uno de sus artículos. Alguien especial podría haber entrado en su vida. “La infanta Cristina está más guapa que nunca y sonríe como hace tiempo que no la veíamos. Quizás no esté así solo por sus hijos…”, señala la periodista. Por el momento se desconoce el nombre del afortunado. Pero como ya te contábamos en este medio hace unos días, nos confirman que se trataría de un atractivo maduro de la clase alta de Barcelona que se mueve en el grupo de amigos de la hija del rey emérito Juan Carlos I.
La infanta Cristina tiene el corazón ocupado
Juan Luis Galiacho corroboraba que “la Infanta parece que tiene ya un nuevo amor. Está contenta, está feliz, pero le han pedido que no se deje ver porque está en los trámites del divorcio. Parece ser que por Barcelona va con esta persona, pero siempre con un grupo de amigos. Es una relación afianzadas desde hace varias semanas”.
Las únicas veces que una cámara la ha fotografiado se encontraba sola o con algunos de sus hijos. Evita que la descubran con la presencia de un hombre. Sabe todos los trucos de los paparazzis, además sus escoltas la protegen bien y se encargan de hacer desaparecer todas las fotografías. Ella se camufla en una furgoneta con los cristales tintados, y no se ve quién va en su interior.
“Cada vez que está aquí, entra y sale una furgoneta negra”, avisan algunos vecinos de Pablo Urdangarin a Vanitatis. El portal asegura que esa furgoneta negra con los cristales tintados existe. Se trata de un monovolumen de color negro de la marca Volkswagen que está a nombre de una de sus mejores amigas. Además, también usa un Mercedes que no tiene controlado la prensa.