La infanta Cristina siempre ha intentado mostrar a sus hijos como unos jóvenes estudiosos y responsables, sin embargo, desde que han cumplido la mayoría de edad y han emprendido su propio camino, han dado una imagen totalmente contraria. Este último año ha sido un desastre para los Urdangarin. Parece que todos se han puesto de acuerdo en tomarse un año sabático en sus respectivas vidas. Todo cambió en junio del año pasado, cuando Irene Urdangarin terminó sus estudios escolares y no superó las pruebas de acceso a la universidad de Lausana, donde pretendía formarse en Administración y Dirección Hotelera (ADH). Cristina pensó que su hija se quedaría cuatro años más con ella en Ginebra, pero han tenido que cambiar los planes de toda la familia. Irene se tomó un año sabático, aunque realizó un voluntariado porque su madre no quería que comparasen a su hija con Froilán o Victoria Federica. Decidió vivir en Madrid, en el palacio de la Zarzuela con la reina Sofía, y allí conoció a su primer amor, Juan Urquijo.
Unos meses más tarde fue Miguel Urdangarin quien decidió seguir los pasos de su hermana y también se tomó un año sabático tras lesionarse mientras se formaba como profesor de esquí. También se instaló en el palacio de la Zarzuela y también se enamoró. Ahora ambos están en Londres. Miguel no trabaja e Irene estudia Organización de eventos en la universidad de Oxford.
La infanta Cristina soluciona los problemas de sus hijos
Aunque ahora mismo todos los esfuerzos de la infanta Cristina están puestos en Juan Urdangarin. Su hijo mayor es el que más quebraderos de cabeza le está dando en estos momentos, pero también quien más atención ha requerido. Juan es el mayor de todos y quien vivió más de cerca el juicio contra Iñaki Urdangarin y su ingreso en prisión. El adolescente hizo de padre de sus tres hermanos. Fueron momentos muy duros para la familia porque tuvieron que dejar a sus amigos y familiares en tierra para irse a vivir a Washington y Ginebra. Juan sufrió bullying en la escuela y veía como a sus padres les insultaban por la calle. Tuvo que acudir al psicólogo. A día de hoy todavía asiste a profesionales de la salud.
La infanta Cristina se ha comprado un nuevo piso en la zona alta de Barcelona, aunque no es tan nuevo porque lo ha recomprado. Allí vivió sus primeros años de amor con Iñaki Urdangarin. La hija de Juan Carlos I pretende instalarse de nuevo en la ciudad condal tras su divorcio con el exduque de Palma y acercar posturas con Felipe y Letizia. Sin embargo, todavía no podrá habitarlo. De momento deberá marcharse a Londres. Allí vive junto a Juan, Miguel e Irene hasta que todo se estabilice.