Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin firmaron el acuerdo de divorcio el pasado mes de enero. Por fin han dejado de ser matrimonio. Ya solo les unen sus cuatro hijos en común, todos mayores de edad. No obstante, después de dos años de una batalla legal incansable en la que no conseguían llegar a un acuerdo satisfactorio para ambas partes, parece que la infanta y el exduque habrían aparcado sus diferencias. De hecho, han coincidido en algunos partidos de su hijo Pablo Urdangarin, y el pasado fin de semana el exjugador de balonmano viajó con Ainhoa y Claire a Barcelona y dejó a la octogenaria con su exmujer, con quien mantiene una buena relación.

En los últimos meses Cristina de Borbón también luce un físico mucho más cuidado. Aparece maquillada, peinada, incluso con la piel más luminosa y tersa. De hecho, también se sometió a algún tratamiento estético. Y ya no borra la sonrisa de su rostro. Por todo esto se cree que la infanta podría estar de nuevo enamorado, pero lo cierto es que aún no ha conseguido pasar página. Ella estaba muy enamorada de Iñaki Urdangarin y pensaba que la crisis en su matrimonio sería algo pasajero, pero realmente no ha sido así. Él ha iniciado una nueva historia de amor con otra.

La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin

La infanta Cristina acudió a un psicólogo para superar su ruptura con Iñaki Urdangarin

Han sido dos años muy complicados para la infanta Cristina para llegar a este punto. Aunque no ha querido que se hiciese público, ha trascendido que la hija de Juan Carlos necesitó ayuda psicológica durante estos dos años. El divorcio estaba acabando con su salud.

La madre de Juan, Miguel, Pablo e Irene descubrió la infidelidad de su esposo a través de los medios de comunicación, al igual que el resto de los ciudadanos. Fue una experiencia profundamente humillante. A pesar de que la relación matrimonial ya mostraba signos preocupantes de distancia cuando Iñaki fue liberado de prisión, la infanta aún sentía amor por su esposo. Experimentó dolor al no poder abordar los problemas ni prepararse para lo que estaba por venir. Afortunadamente, en Suiza pudo evitar la presión de los medios.

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La hija de Juan Carlos y Sofía buscó ayuda en terapia psicológica al enterarse de la separación. Se puso en manos de profesionales y todavía continúa asistiendo porque no puede superar la situación. De acuerdo con personas cercanas a la infanta, acude a terapia unas cuantas veces por semana, adaptándose a sus necesidades. Hablar de este proceso con individuos ajenos a su familia y círculo íntimo está siendo muy beneficioso para ella.

La infanta Cristina preocupó mucho a sus hijos, dejó de comer y ni tan siquiera salía de casa. Estaba muy delgada. Por este motivo, los hijos de Cristina no han querido conocer todavía a Ainhoa Armentia, no tienen trato con ella.