A lo largo de los años, el matrimonio de la infanta Cristina con Iñaki Urdangarin no solo fue un escándalo público, sino también una fuente de sufrimiento emocional profundo para ella. Aunque su relación oficial terminó con el divorcio en enero de 2024, la realidad es que la separación efectiva se había producido mucho antes. Desde 2022, cuando Urdangarin comenzó una nueva relación con Ainhoa Armentia, la infanta quedó sumida en un estado de angustia emocional que afectó gravemente su bienestar.

La hija de Juan Carlos I no solo vivió el fin de su matrimonio como una pérdida sentimental, sino también como una humillación pública. Para ella, la ruptura no fue simplemente el fin de una historia de amor, sino el hundimiento de todo aquello por lo que había sacrificado su vida. Durante el caso Nóos, fue la única de la familia real que apoyó a Urdangarin, poniendo en riesgo su propia imagen y su relación con su padre y su hermano. Sin embargo, cuando todo volvió a la normalidad, el exjugador de balonmano la traicionó sin miramientos, dejándola completamente destruida emocionalmente.

Infanta Cristina GTRES
Infanta Cristina GTRES

La separación de Iñaki Urdangarin fue devastadora para la infanta Cristina

La separación afectó a la infanta hasta el punto de desarrollar un trastorno emocional severo. Lejos de aceptar la realidad, Cristina se aferró obsesivamente a la idea de recuperar a Iñaki, incluso cuando él ya había rehecho su vida con otra mujer. Según fuentes cercanas, estuvo dispuesta a perdonarlo todo, sin importar la nueva humillación pública que ello supondría, con tal de que él volviera a su lado. Esta dependencia emocional la llevó a un estado de ansiedad extrema, afectando gravemente su salud.

Además, a todo ello se sumó la petición monetaria que, según Juan Luis Galiacho, Iñaki habría solicitado en el divorcio a cambio de callar los secretos que conoce de muchos miembros de la familia real. Es decir, Iñaki no solo la había traicionado: también la quiso desplumar.

Uno de los síntomas más preocupantes fue la pérdida de apetito, hasta el punto de que dejó de comer de manera habitual. La combinación de su estado anímico frágil y la deteriorada autoestima hizo que su entorno más cercano la convenciera de buscar ayuda profesional. Así fue como la infanta Cristina comenzó una terapia psicológica intensiva, con el objetivo de recuperar el control sobre su vida y superar la dependencia emocional hacia Urdangarin.

Infanta Cristina
Infanta Cristina

La infanta Cristina se recupera después de tocar fondo

Con el tiempo, y gracias al tratamiento, la infanta ha conseguido reconstruirse emocionalmente. Aunque la herida sigue presente, ha logrado distanciarse psicológicamente de su exmarido y verlo con otros ojos. Lo que antes era amor incondicional ahora se ha transformado en indiferencia absoluta. Por primera vez en muchos años, Cristina se siente libre de la influencia de Iñaki, y ya no le afecta su nueva vida con Ainhoa.

Incluso se siente fuerte para plantar cara en algunos aspectos a Urdangarin, aunque ello suponga cierto daño al ex jugador de balonmano, como el hecho de presentar impedimentos para que Juan, Miguel, Pablo o Irene hagan vida con normalidad con la nueva familia de Iñaki formada por él, Ainhoa y los hijos de ella.