La infanta Cristina siempre ha querido enseñar a sus hijos como los mejores, unas personas educadas y responsables, pero la realidad es otra bien distinta, como se ha podido ver este último año, en el que cada uno ha tomado un rumbo diferente. Tal vez quien menos problemas le da en estos momentos es Pablo Urdangarin, aunque éste está destrozado porque no consigue su sueño de convertirse en uno de los referentes en el balonmano. Juan, Miguel e Irene se le pusieron de acuerdo para dejar sus respectivos trabajos y formaciones para tomarse un año sabático. Los más jóvenes de la familia se instalaron durante unos meses en Zarzuela.

infanta cristina con sus hijos en Córdoba
Infanta cristina con sus hijos en Córdoba

Aunque sin duda alguna quien más quebraderos de cabeza le ha dado a la infanta Cristina es Irene Urdangarin. Desde que su madre se divorció de Iñaki Urdangarin se ha vuelto mucho más rebelde, se encara a ambos, especialmente a su padre, con quien ha perdido la relación porque cree que ha hecho daño a su madre y no ha actuado como debería.

Cristina creía que Irene continuaría a su lado cuatro años más y la ataría en corto al alejarla del foco mediático. La intención de la joven era formarse en Administración y Dirección Hotelera en la prestigiosa universidad de Lausana, en Ginebra, pero su rendimiento cayó en picado mientras estudiaba bachillerato internacional y no superó las pruebas de acceso por las que la infanta ya pagó los 500 euros de inscripción.

Irene Urdangarin da quebraderos de cabeza a la infanta Cristina 

Al no poder entrar en la universidad de Ginebra, Irene Urdangarin decidió tomarse un año sabático, ya iba tarde para pensar en otra elección y se marchó a vivir a  Madrid para sorpresa de todos, especialmente de la infanta Cristina. La reina Sofía la recibió con los brazos abiertos, aunque no fue algo que gustó mucho a Letizia.

Suerte que no tardó muchos meses en irse porque se vio en la obligación. Ahora estudia Organización de eventos en la universidad de Oxford y vive con sus hermanos Juan y Miguel, pero parece que en breve cambiará de rumbo porque quiere abandonar el grado. No es lo que se imaginó y no cree que aguante otros tres años más.

La infanta Cristina ha pedido a Juan Carlos I que hable seriamente con la infanta Cristina para hacer de mediador, sabe que con él sus nietos tienen mucha confianza y le respetan. Si hablan pueden llegar a un entendimiento, pero esta situación ya es inaguantable.

Irene Urdangarin
Irene Urdangarin